Cuando escuchamos la primera prueba de Holy Fire con “Inhaler”, sabíamos que Foals había preparado algo grande para su tercer disco. Este nuevo sencillo es un giro de 180 grados al sonido que había experimentado la banda en sus anteriores producciones: Antidotes (2008) y Total Life Forever (2010). En efecto, lo que Foals pretende con este fuego sagrado es ser parte de las grandes ligas del “indie”. Si tuviera que resumir el disco en una palabra sería, épico. ¡Ojo! Con esto no quiero decir que es un excelente disco, sino que tiene arreglos monumentales como coros a varias voces, líneas de guitarra y estructuras que van de menos a más, que crecen hasta explotar. Estas canciones sonarán en un futuro no muy lejano en arenas y estadios, y serán coreadas por miles de fans en una sola noche.

“Prelude” nos da la bienvenida, como su nombre indica. Es un inicio tranquilo y modesto que introduce a “Inhaler” y “My Number”. Las primeras dos canciones que conocimos de esta tercera producción de los ingleses. Muy diferente entre sí, pero al mismo tiempo, conservan la escencia de Holy Fire: arriesgar y apostarle al cambio con armas y trucos conocidos. “Bad Habit” conserva la calma de Total Life Forever y nos prepara para lo que viene. El bridge es uno de los primeros guiños a las composiciones épicas. Sigue “Everytime”, la banda retoma lo que “Inhaler” comenzó y le impregna un poco de furia al disco apoyándose en la fuerza de la batería. El coro a muchas voces es un gancho perfecto para amar esta canción, además, Foals regresa al ritmo cadencioso de Antidotes. La canción cierra de manera firme con un gran coro y guitarras que no olvidaremos en un rato.

Para “Late Night”, Yannis Pilippakis y sus muchachos deciden bajar un poco el acelerado ritmo y nos invitan a relajarnos en la orilla de la playa que aparece en la tapa del álbum. Las guitarras que aparecen en segundo plano tienen figuras interesantes, sin embargo, no son protagonistas como sí lo es el piano y la batería. La voz de Yannis se escucha adulta y confiada, una vez más, los chicos de Oxford cierran de manera magistral su canción, el ejemplo perfecto de la estructura que va de menos a más hasta reventar las bocinas. El solo de guitarra está lleno de soul, y es un excelente aderezo a la canción. “Out of the Woods” aligera la carga. Para estos momentos, Holy Fire se estaba tornando denso y complejo. Esta canción ya se la escuchamos a Foals en su carrera, sin embargo, el manejo de los instrumentos es delicado y preciso. La banda frenó un poco el frenesí que les caracterizaba y miró a su al rededor, con calma y paciencia y a partir de ese punto compuso este álbum. “Milk & Black Spiders” es el matrimonio perfecto entre el disco uno y dos. Las guitarras son las ya conocidas, orientadas hacia el math rock, los breaks tienen coros múltiples y sintetizadores que simulan un arreglo de cuerdas; la batería es precisa y elocuente, mientras que la voz es hipnotizante y penetrante. Estamos frente a una de las composiciones mejor logradas en su carrera y quizá la mejor canción del disco. “Providence” nos sirve para saber que Yannis y compañía no han perdido el camino, a pesar de que la apuesta es grande y amibiciosa, siguen haciendo canciones radiables, bailables y amigables. Sin embargo, el cierre de esta canción es lo más épico que podemos encontrar en Holy Fire, cuando toquen esta canción en vivo, la gente va a enloquecer a grados inexplicables. Para mí, la ideal para cerrar un concierto. Ya cerca del final, “Stepson” nos permite bajar un poco la adrenalina y calmar la euforia causada hasta ahora. El barco está regresando a la playa de donde partió. Finalmente con “Moon”, Foals nos deja sanos y salvos en la costa, el mismo lugar donde zarpamos 10 canciones antes. Tal pareciera que Holy Fire da una vuelta de 360 grados. Empieza y termina de la misma manera.

Las canciones del álbum son largas, todas tienen más de 4 minutos de duración. Fue necesario arriesgar con longitudes poco usuales para poder tener estructuras progresivas que van en aumento y explotan destellos de genialidad. En algunos mitos, el fuego sirve para purificar y limpiar, para Foals, su fuego sagrado les sirvió para dar un paso hacia el futuro y marcar una notable diferencia con sus contemporaneos. La apuesta es clara, Foals quiere tocar en estadios y arenas para miles de personas, se creen capaces de lograrlo, y después de este disco, sin duda lo están.