La celebración de los XV años del Vive Latino tenía que ser rimbombante. Tenía que tener un extra que lo diferenciara de las ediciones pasadas y no solamente en la calidad del talento artístico. Y así fue.

La Santa Cecilia, de Los Ángeles, inauguró la jornada. Con material original y versiones muy propias de “Cuidado” de José José y “Tainted Love” de Soft Cell, la banda mexicoamericana representó bien en lo que se ha convertido el festival más grande de Latinoamérica: una mezcla de géneros, de lenguas, de ritmos y de colores.

Para las cuatro de la tarde, las propuestas favoritas del público ya estaban en marcha. Los Infierno, forrados en chamarras de piel sin importar el sol radiante, sonaban fuerte. Por su parte, Vicente Gayo, a pesar de ser viejo conocido del festival, vivía una novedad: un desperfecto técnico que los obligó a conectar sus instrumentos directo a la consola de audio. “Es la primera vez que vamos a hacer esto”, dijeron. El resultado sonó desangelado, pero valió la pena. Directo al anecdotario.

Mientras tanto, lejos de los escenarios principales, Estelares, la banda argentina, tocaba frente a connacionales y gustosos del sonido clásico del rock del cono sur, con todo y un Dr. Alderete que dejó por un momento su galería y a Sonido Gallo Negro para ver un poco de música de su tierra.

Con los últimos rayos de luz, tres generaciones diferentes pudieron disfrutar de su jueves en compañía de bandas que los marcaron de una u otra manera: Los Planetas, Hello Seahorse! y AFI. Los españoles trazaron una galaxia defeña al tocar temas de la mayoría de sus LPs, mientras el metro capitalino pintaba una raya naranja en el fondo; HS! le pedía a la gente que agarraran a quien más quisieran, pues sonaba “Sonic Ranch” y despedían a Arunima. Mientras, desde los túneles y en la plancha del Foro Sol se escuchaban gritos tras una afirmación de acento tropezado: “Somos El Fuego Adentro”.

Jessica Hernández & The Deltas (con todo y Milo Froideval y Mick Marcy), Of Montreal, Mad Professor, Un Día de Octubre (con Daniel de la Gusana Ciega como padrino) y Noesis, grupo de rock mixteco, hacían historia en el primer Vive Latino de cuatro días.

Ocho cuarenta pe eme. “ZK” en el escenario principal. La reconexión con la adolescencia, con la avanzada regia, con Zurdok, que con “Si Me Hablas Al Revés” y “Estático” mostró que se guardaron en una caja durante una década y siguen más frescos que nunca. Intocables. Jay de la Cueva y Pato Machete los acompañarían al final, pero fue lo de menos. La reunión de Zurdok quedará por siempre en los momentos más emocionantes del festival.

No fue casualidad que desde las cuatro de la tarde el logotipo de Nine Inch Nails rondara por todo el terreno del Foro. Un minuto antes de lo anunciado, Trent Reznor y compañía ya estaban en medio de una niebla misteriosa a punto de arrancar la máquina que golpearía a todos sin avisar. Un estira y afloja de emociones, una consciencia colectiva manipulada por un Reznor que ofreció disculpas por la ausencia en nuestro país, y prometió que la próxima visita no tardaría tanto.

Mientras Diplo cerraba las actividades del día, sólo quedaba una certeza: el experimento llamado día cero funcionó.