Comenzaron bajo el nombre de Earth, luego se convirtieron en Black Sabbath, y desde entonces fueron y son uno de los grupos más emblemáticos de Inglaterra. Ellos mismos, en un acto humilde, niegan ser los fundadores del heavy metal, pero su música y símbolos lo dicen todo: son los padres, y hasta hoy lo mantienen en pie con el lanzamiento del noveno disco de estudio con Ozzy Osbourne al frente, 13.

¿Por qué amamos a Black Sabbath?

Sus primeros cuatro discos: Black Sabbath, Paranoid, Master of Reality y Vol. 4, son infaltables en cualquier discografía. Sean amantes del metal o no, estos LPs son el inicio de un estilo propio que proliferó en otros como el doom y el stoner.

Fueron parte de la bomba británica que dio origen al heavy metal. Junto a Led Zeppelin y Deep Purple a finales de los 60, hicieron que este género se fecundara; pero la oscuridad de sus canciones y la pesadez de sus riffs, son el ingrediente necesario para bautizarlos como pioneros de esta música.

Influenciaron y todavía lo hacen, a bandas que hoy son grandes, o por lo menos en su momento lo fueron, como Faith No More, Metallica, Kyuss, Pantera, Soundgarden, Megadeth, Mastodon, The Sword, entre varias otras más.

Sin Ozzy no habría Black Sabbath. Sí, la banda siguió sin él y con otros cantantes, todos de gran calidad, pero nunca lograron reconectar con ese sonido que engendraron en los 70. Dio es punto y aparte.

Por el misticismo y ocultismo de sus letras, casi todas ellas escritas por Geezer Butler, quien sugirió el nombre de la banda basado en la película del mismo nombre de 1963.

No sólo eran pesados, su técnica era un retrato de sus gustos como el jazz y blues. Chequen “Wicked World”.

Como muchos grupos de la época, eran fans de los Beatles y su influencia estuvo presente, pero siempre con su personalidad: “St. Vitus Dance”.

Tony Iommi perdió las puntas de sus dedos anular y medio de su mano derecha, durante un accidente de trabajo. Desde entonces toca con pequeñas prótesis de plástico en ellos, lo que ayudó a que su carrera no se quedara en el intento.

Iommi es amo y señor de la guitarra. Ninguno de sus contemporáneos creó riffs tan emblemáticos como él. Hasta hoy continúa haciéndolo.

Hoy, Bill Ward no está más en la banda, pero sin él ninguno de los discos de los 70 hubiera tenido el mismo efecto en nosotros. Su técnica se basaba en el jazz al estilo Buddy Rich o Gene Krupa.

¿Qué otra razón tienen para amar a Black Sabbath?