Holograma de 2Pac en Coachella 2012

Holograma de 2Pac en Coachella 2012

Por: @Leonardogoma

Hace poco más de un año, la aparición del holograma de 2Pac en Coachella cambió para siempre a la industria del entretenimiento. Algunos aseguraron que se trataba de una experiencia que no volveríamos a ver. Un instante fugaz para darle visibilidad histórica al festival de Indio. Otros, se descosieron en críticas: “un holograma es un insulto para el espectador”; “nunca sustituirá a la emoción de ver a un artista real en escena”; “ver a un muerto cantar es oscuro, inapropiado”.

Abandonemos la discusión innecesaria. En efecto, el holograma jamás resultará más emocionante que ver al artista real mientras escupe el micrófono. Nadie en su sano juicio se atrevería a asegurarlo. Pero hay algunas razones de peso para defender al holograma a ultranza. Aquí un recuento de las que a juicio de un servidor, resultan suficientemente poderosas como para querer ver a mucho más productores de conciertos intentando hacer historia una y otra vez.

1. Han creado una nueva forma de espectáculo

En los sesenta, cuando The Velvet Underground incorporó las proyecciones (algunas de ellas hechas por Andy Warhol) a su show, fueron apabullados por la crítica. Muchos los tildaron de snobs, e incluso se les culpó de intentar distraer a la audiencia de un pobre show musical. Sea como sea, la proyección de imágenes se convirtió en un estándar de la industria, y hoy a nadie le parece extraño encontrarse con una.

AV Concepts y Digital Domain, las compañías creadoras del 2Pac luminoso de Coachella, abrieron una nueva expresión creativa en vivo que muy probablemente se estandarizará en los próximos años, dejando este debate en el olvido.

No nos cofundamos. El holograma jamás sustituirá al concierto tradicional. Tampoco es un complemento. Es, sencillamente, una nueva forma de entretenimiento. Si lo juzgamos desde esa perspectiva, creo que todos podremos aprender a ser más tolerantes con la incorporación de la tecnología. En unos años, podremos elegir entre conciertos, teatro, cine y shows de hologramas. Así de simple.

2. No son tan caros como parecen

Según información difundida por AV Concepts (quienes por cierto no han dicho demasiado, como si estuvieran guardando un secreto de Estado), el show de Coachella costó, solamente, entre 100 mil y 400 mil dólares. ¿Les parece mucho? Un artista como 2Pac, en sus buenos tiempos, podía llegar a cobrar entre 500 mil y 700 mil dólares por una aparición en vivo. Beyoncé cobra arriba del millón de dólares por show y Daft Punk quizá un poco más. ¿Verdad que no es tanto?

Un fenómeno indescriptible por casi la mitad de lo que cuesta un concierto tradicional en términos de talento. Si no termina siendo afectada por los costos siempre injustificados de los derechos y las hambrientas disqueras, seguiremos viendo hologramas por mucho tiempo.

3. Nos permitirán ver a más bandas virtuales

Queremos más bandas como Gorillaz. Queremos más hologramas.

4. Podrían dar lugar a cientos de súper giras

Cuando escuchamos el nuevo disco de Daft Punk todos nos preguntamos: ¿Cómo demonios van a tocar esta joya en vivo? ¿Se van a llevar a todos los músicos invitados por el mundo durante meses o años? Los hologramas lo harían posible.

Poco importaría la apretada agenda de Casablancas o qué tan ocupado estuviera Pharrell, la tecnología haría posible que se presentaran en cualquier parte del mundo. ¿Verdad que no está tan mal?

5. Puede hacer a todo artista omnipresente

En el pasado, había una gira, y una oportunidad para ver a tu artista favorito en tu ciudad. Hoy, los hologramas permitirían hacer shows simultáneos en Moscú y Nueva York. Así de poderoso. Así de simple.

6. Le pueden quitar lo aburrido a los carteles de los festivales

Este año, quizá más que ningún otro, se extinguió la emoción de la develación de los carteles de festivales. Se ha convertido en un fenómeno absolutamente predecible: una gran banda histórica con disco nuevo, Phoenix, una banda hypeada sin mucho chiste (Mumford and Sons, The Lumineers, FUN…), un gran acto de EDM y mucha paja.

Los hologramas hicieron que Rock the Bells fuera noticia, y son quizá el mejor asset que tienen los promotores y productores de festivales para cautivarnos otra vez.

7. Puede mejorar el performance de un artista no tan bueno

No nos engañemos. Hay cientos de artistas de estudio, que cuando se suben al escenario se desinflan. Los hologramas permitirían a los no tan talentosos, hacer shows perfectos y memorables.

No nos dejemos seducir por el conservadurismo. No seamos anacrónicos ni puritanos porque sí. El holograma aporta, emociona, transforma momentos y genera huellas existenciales.

Si no, pregúntenle a los fans de 2Pac.