El tiempo es la única prueba que nadie puede superar. No importa las medidas que se tomen, por mucho que tratemos de escapar del tiempo es completamente imposible hacerlo. Tarde o temprano las arrugas se notarán, las canas saldrán y las energías disminuirán. Al llamar tu nuevo disco Ready to Die, pareces estar aceptando el hecho de que el tiempo está en tu contra y no tarda en alcanzarte. No es extraño que Iggy and The Stooges hayan decidido llamar así su nuevo disco, después de todo en el 2009 su guitarrista, Ron Ashteon, perdió la vida. Dicho suceso propició el cambio de nombre de la banda y de una forma u otra funcionó como un impactante encuentro con la realidad que cambió la perspectiva de la banda

Parecen estar listos para enfrentar el fin de sus días, pero no dan una sola señal de que esté cerca. A sus 66 años Iggy Pop sigue siendo la fuerza imparable que conocimos en los setenta, una que se rehúsa a someterse ante el tiempo. Escuchamos a Iggy y ya no tiene la misma voz de antes, en sus conciertos queda claro que tampoco tiene el mismo físico, pero nadie puede cuestionar que su espíritu sigue siendo el mismo: rebelde, salvaje incontrolable. Las cosas que hicieron famoso a Iggy y al resto de la banda siguen vigentes y Ready To Die es una prueba de eso. Una colección de diez canciones que en su mayoría nos recuerdan a esos años de gloria en los setenta, rock crudo lleno de excesos y un tanto caótico. La canción que da el título al álbum resume la filosofía de la banda en el 2013 y el disco en una frase: “Shooting for the sky, because I’m ready to die”.

Ya no son los jóvenes desenfrenados sin control alguno, ahora son ancianos desenfrenados sin control alguno, y eso es algo mucho más peligroso. Ya no tienen nada que perder, todo miedo, todo impedimento que pudieron tener antes ya no existe y por eso logran entregar un disco que en espíritu es igual de poderoso que sus predecesores. No hace nada de daño que la banda se haya reunido con James Williamson, ya que el guitarrista es el que más se luce a lo largo de las diez canciones del disco. Los solos y riffs de “Burn” y “Dirty Deal” pudieron formar parte de Raw Power o No Fun.

Desafortunadamente no todo es perfecto, el disco se cae en un par de momentos en los que Williamson parece contenerse e Iggy Pop cambia de un amenazante rebelde o a ser una especie de poeta. Como en “Unfriendly World” y “The Departed”, pseudo baladas que cortan todo el flujo del disco y que hasta suenan fuera de lugar en un álbum repleto de esa furiosa energía que los hizo leyenda Ready to Die no es el momento más explosivo de The Stooges, pero no por eso debe de quitársele valor. Es un álbum crudo, potente y que nos recuerda porque la banda es leyenda. A sus sesenta y tantos años de edad Iggy Pop y The Stooges siguen siendo una energía incontrolable que prácticamente no se ve en el mundo de la música, una que es a prueba del paso del tiempo.