Muchas personas no lo creían, pero con la muerte de Stephen Hawking, las puertas hacia una era de obscuridad digital entorno al uso y manipulación de las inteligencias artificiales, se han abierto.
Pero empecemos por lo primero, ¿qué es un “Deepfake”?
El “deepfake” ó “ultrafalso”, es una técnica de edición generada por inteligencias artificiales, que colocan rostros encima de videos o imágenes ya existenes.
¿Y cuál es el problema? Suena divertido
Puede parecértelo pero no lo es. La realidad, es que los deepfake reconocen tu rostro y el del clip que hayas elegido para colocar tu cara, a través de algortimos de aprendizaje no supervisados.
Dígase que tu rostro ya le pertenece a alguien o a algo desconocido por el propio humano, ya que entra en posesión de la base de datos operada y manipulada por dicha inteligencia artificial.
¿Y qué está sucediendo en China con todo esto?
Una aplicación llamada ZAO te permite colocar tu cara en clips de películas y videos a tu elección, utilizando el método de reconocimiento facial y prácticamente quedándose con dicha información sin regulación alguna.
La aplicación se ha descargado casi 70 millones de veces.
Y el gobierno chino está comenzando a cuestionarse si debería regular esta clase de situaciones ya que al final, de nuevo, alguien o algo se está quedando con toda esa información que, si un día llega a evolucionar y ser mal utilizada, puede fácilmente ser dirigida a los peores propósitos posibles.