Fotos: @impasable_

Aún recuerdo las caras que se dibujaban entre el viento, los stands volando y el caos que durante el 2017 se vivió en Ceremonia.

Recuerdo las voces caídas, los ojos casi quebrados; recuerdo la ansiedad que viajaba a la velocidad de las ráfagas que por un momento, nos hicieron creer que Ceremonia ya no sucedería nunca más y que ese, era el inevitable final de una de las celebraciones más importantes del país.

Pero no fue así. Y aprendimos. A todos se nos dio una lección de que no se trata de evitar los fracasos o esquivar los errores, sino de vivirlos, levantarse y retomar camino.

Hoy, a dos años de haberse levantado y haber ofrecido no sólo una continuidad, sino un compromiso con el público de diversas ciudades al que le abren sus puertas, Ceremonia ha vuelto a demostrar su específica curaduría al enlistar a una amplia gama de talentos que lejos de la “popularidad”, se han establecido en puntos de culto en muchas maneras.

¿Mi primer ejemplo? Denzel Curry

Hay algo más que sólo “trap” en la música de Denzel. Hay un estilo, hay un dominio; hay una plena conciencia de cómo el sonido y las luces se mezclan, permitiéndole así dominar el escenario por completo y aplicar cada aspecto de su talento en las rimas que suelta.

¿Pruebas?

Simplemente su manera de llevarnos por música nueva –pese a que probablemente gran parte del público no conociera ni su material pasado–, para después aterrizarnos en “CLOUT COBAIN | CLOUT CO13A1N”, que gracias a la promoción de Vevo se colocó en varios rankings del internet el año pasado, demostró algo de su amplia conciencia por no venir a “evangelizar” a la gente y simplemente ofrecerles un show.

Mismo que vio covers como “Bulls On Parade” de Rage Against y “Chop Suey!” de System Of A Down.

Y aunque sí, Ceremonia sabe hacer lo suyo en el lado extranjero, México también contó con una buena curaduría que no sólo abrió puertas en materia de música independiente y propuestas emergentes, sino que además, ofreció los espacios correctos para que ciertas nuevas “olas” pudieran reventar con fuerza justo en las playas del público adecuado…

Obviamente estoy hablando de Aquihayaquihay.

Como cualquier otro proyecto, la primera muestra que esta “boy band” da de tomarse las cosas enserio, es que ni ellos ni su equipo se perciben como un “grupo de músicos haciendo todo”.

Esto de acá es una familia entera; una en la que Adrián Be toma el rol de líder y padre, mientras que David Oranday se encarga del trabajo tras bambalinas para que Jay Lee, Neqer, Phynx, Zizzy y Nehly, puedan dedicarse a la única cosa que deberían dedicarse:

Perfeccionar su show en el stage.

Y si me lo preguntan, siendo 100% sincero, a la banda aún le faltan algunos kilómetros por recorrer.

La interpretación es perfecta; no hay errores. Sin embargo, hay un “algo”, una espinita que me queda al verlos.

Ceremonia levantó las manos y celebró con ellos mientras se adueñaban de los públicos y agradecían los gritos y aplausos, pero algo aquí adentro me decía que pese a ser un festival importante y un escenario de buen tamaño, ni yo ni el público presente, estábamos presenciando el 100% de este proyecto.

¿Por qué?

Porque son muy jóvenes todavía. Porque son muy nuevos en el escenario y aunque lo hacen de manera increíble, es tanto su talento y potencial, que se nota a distancia que ni ellos mismos han descubierto todo lo que pueden explotar y eso, si me lo preguntan, me parece la cosa más emocionante que le puede suceder a una agrupación en cualquier género, formato y país.

Y es que eso fue en realidad Ceremonia para mí; una tarde de sorpresas en las que tras presenciar el espectáculo de Pabllo Vittar, el cual no dejó absolutamente nada que desear, y gritó a los 4 vientos el poderoso canto de la inclusión al que el festival tanto se ha comprometido (acto que atribuyo a la presencia de NAAFI en el evento), otros impresionantes shows como Bad Gyal (a quien prefiero en SUDA o en la CDMX), Clubz (quienes ya hasta se sienten de casa y que conocen al 100% a su público), Little Jesus (quienes oficialmente me parecen auténticos headliners de cualquier evento) y otros talentos más, derrocharon fuego en una tarde donde Flohio también se adueñó de los micrófonos y nos hizo entender algo muy, muy serio:

Ceremonia, más que “obscuro”, es ecléctico. No revuelto, sino pensado y precisamente meditado.

Al final, sólo quedaba la expectativa de 5 shows…

Pussy Riot, Rosalía, Aphex Twin, Massive Attack & Modeselektor.

https://www.instagram.com/p/Bv-_h_DFROi/

¿Cómo no sentir la tierra temblar ante el silencio? ¿Ante el ruido? ¿Ante todo lo que ocurrió en ese momento en que estas palabras retumbaron…

“…Yo soy la pecadora, la del pañuelo verde. Yo soy la abuela de la Plaza de Mayo, la victoriosa. y ahí, donde usted señor Bolsonaro se atreva a abrir la boca en contra de una negra, de una lesbiana, de una disidente, ahí resonarán los cuatro balazos que me atravesaron. Yo soy española, soy 8M, yo sí te creo. Y cuando Trump declara ‘When I grab the woman by the pussy’, yo me multiplico por millones y contesto ‘MeToo’ hasta que no quede un sólo acoso sin denunciar.

Hasta que paren los abusos de mi jefe, de mi tío, de mi primo, de mi esposo. Yo soy la transexual de la Merced. Ser transexual en este país es una acto heróico… Te advierto, mi cuerpo es mi primer territorio… Sigo aquí, me reconoces… Soy las 43 incanzables madres y más de te vale, señor Andrés Manuel, que cumplas tu palabra. Porque no me pienso mover de aquí hasta que con vida me entregues lo que con vida se llevaron.

Pudiste descuartizarme, mi carne la pudiste clavar a cientos de miles de cruces rosas. Pero yo, yo que soy semilla, yo que soy cenzontle, piedra volcánica, yo te doy mi palabra. No habrá dictadura, no habrá ejército, no habrá fuerza capaz de amordazar este grito. Yo que soy amazona, yo que soy coatlicue, yo te doy el honor de mi palabra, mi palabra de hija, mi palabra de hermana, no habrá fuerza que amordace este grito: ¡PORQUE VIVAS NOS QUEREMOS! “

https://www.instagram.com/p/BwCuRYPHA8u/

Alguna vez escuché a Romina Pons, Valeria Villalobos y a Daniela Galván decir en un panel de lectura feminista:

“Pussy Riot es punk. Es el auténtico punk. ¿Por qué? Porque el punk no es estético; el punk incomoda. El punk, te provoca una primera reacción de desagrado porque no está queriendo ser amable contigo, quiere decirte algo y te lo grita a la cara y eso, eso justamente es Pussy Riot”.

Y lo creo porque fue lo que viví.

Sí, quizás el show ligeramente más estético de lo que mi cabeza necia pensaba, pero en general, Pussy Riot no faltó en anda, no sobró en nada y como una flecha que busca matar al instante, clavó su mensaje en una increíble presentación que dejó al público con un nudo en la garganta.

La noche siguió y con ella, la hora de seguir al siguiente de los 4 actos más esperados:

Rosalía

Creo, de corazón, que Rosalía salió a conquistar a México en ese escenario.

Creo, de corazón, que calló a muchas bocas que solían proclamarse lejanas a su propuesta, y que logró convencerlas de acercarse más al rebaño de su sonido.

Sin embargo, ese es mi problema. Yo sí creo que Rosalía es un producto que se cuelga de la apropiación cultural, para construir algo nuevo.

No me malinterpreten, no tengo nada en contra de ella. Al contrario. Así como Hermann Hesse escribió en ‘Demian’ que la “totalidad” se alcanzaba siendo 50% bueno y 50% malo al mismo tiempo, creo que Rosalía es más un ser inesperado para la industria musical.

Si bien mucho de su sonido se basa de los elementos gitanos que no parece apoyar, respirar y consumir al auténticamente, lo que demostró en el escenario de Ceremonia fue más cómo ha logrado apropiarse de las mismas armas de la industria para apuntarlas hacia esta misma y poder no sólo colaborar con nombres como J Balvin, sino también desarrollarse con otros como James Blake para salirse completamente de su espacio de seguridad y poder explorar más y más cosas.

Y justo el resultado de esa exploración, fue lo que presenciamos en su show.

Quisiera decir mucho de Aphex Twin, de verdad, quisiera. Pero no puedo mentirme a mí mismo y pretender que disfruté algo que muy adentro, siento pude haber visto en cualquier otro lugar.

Sí, los visuales fueron divertidos, pero fuera de eso, nada de lo que Aphex aportó me hizo sentir que me sacó de mí mismo.

¿Brecha generacional? ¿Falta de educación musical? ¿Mal gusto de mi parte?

Está bien, pueden decir lo que quieran. Está bueno, pero aún así, más que “faltarme algo”, este acto me dejó sintiendo que me “faltó todo”…

Y no me quejo, ¿saben por qué? Porque lo que sea que no tuve con Aphex, lo tuve con Massive Attack y Modeselektor.


Massive Attack no vino a tocar, vino a demostrar que están por encima de lo que todos puedan esperar de ellos.

El hecho de que al principio, su presentación peligrara debido a los contratiempos que una enfermedad les dio, hizo todavía más emocionante que anunciaran que en efecto, el proyecto se presentaría en los escenarios de Ceremonia sin importar qué sucediera.

Segundo, ¿cómo describir el sentimiento que transmitió el verlos arrancar con la frase:

“En memoria de los desaparecidos”

Para una sociedad indiferente que ya no marcha, ya no reclama y se limita a hacer declaraciones “polémicas” en Facebook, el tener a una banda como Massive Attack frente a sus ojos, proclamando discursos que NI SIQUIERA NOSOTROS COMO JÓVENES (O ADULTOS) estamos replicando…

Simplemente e sun golpe de realidad. Uno que me hizo sentir decepcionado de mí mismo.

Pero en general, no puedo decir que si no hubiera sido por ellos, mi Ceremonia no hubiera sido el éxito que fue.

Gracias por tocar “Girl I Love You”.

Gracias por tocar “Way Up Here”.

Gracias por tocar “Unfinished Sympathy”.

Gracias por venir a Ceremonia…