Texto: Berenize Rosales

Todas las fotos cortesía de Fernanda Astorga

A 30 minutos de la hora pactada el venue ya se encontraba a la mitad de su capacidad, los seguidores más devotos arribaron al Lunario del Auditorio Nacional cinco horas antes de que el recinto abriera sus puertas sólo para ver frente a frente al Mesías. Incluso, para honrarlo, algunos devotos portaban túnicas doradas o extravagantes vestuarios.

La ceremonia dio inicio con Transgresorcorruptor, proyecto del productor Yamil Rezc, quién se encargó de generar un ambiente digno de ‘Eyes Wide Shut‘ de Stanley Kubrick. Pero la atmósfera se tornó demasiado densa y la emoción por ver al Gurú mexicano era tanta que la gente no soportó la homogeneidad del espectáculo telonero e impaciente comenzó a demostrar su hartazgo a tal punto que entre aplausos agradeció su finalización.

Enfundado en un traje verde fosforescente muy parecido a los hábitos que portan los monjes tibetanos, Juan Son salió al escenario para realizar una comunión espiritual en la que el amor y la electrizante energía fluyó a través de cada beat y corazón. El cantante realizó un recorrido por ‘Mermaid Sashimi’ y ‘Space Hymns’, pero también evocó vestigios de su época en Porter con “Cuervos”, “Host of a Ghost” y “Vaquero galáctico”.

El cantautor reversinó cada melodía, convirtiendo las canciones más movidas en temas acústicos y viceversa. Además, se dio tiempo para explicar algunas de sus canciones como “Hippocampus” que compuso después de presenciar una clase de baile de la tercera edad y “Mr. Owl” con la que recordó que cuando era niño lo llevaron al teatro del IMS a ver ‘Blanca Nieves’, con la que desde entonces a través de historias para niños a querido representar esa inocencia.

Cada que el guía espiritual hablaba sus adeptos guardaban silencio para escucharlo atentamente, cuando bailaba imitaban sus movimientos. ¡Lo veneraban! Como a una misteriosa y mística Deidad. Por lo que muy pocos se atrevieron a cuestionar o demeritar la eclesiástica presentación que terminó con “Siento”, tema que marcó la resurrección de Juan.