Fotos: Marisol Martinez

La dulce obra de Los Románticos de Zacatecas en el corazón de la CDMX.

El Teatro de la Ciudad ‘Esperanza Iris’ (nombrado así por su benefactora, la actriz de opereta Esperanza Iris) es uno de los recintos más mágicos enclavado en el corazón de la CDMX.

Detrás de su acartonado telón se han presentado figuras tan emblemáticas como Pedro Vargas, Plácido Domingo, Fernando de la Mora, Joan Manuel Serrat entre otros tantos, y conforme han pasado los años, el bello teatro que sobrevive en la calle de Donceles desde el año 1918 ha sabido cómo adaptarse al aquí y ahora prestando su escenario para que la música de nuevos talentos retumbe entre sus cuatro paredes.

Los Románticos de Zacatecas, banda consagrada dentro de la escena nacional tuvo a bien decidir que iba a ser justo ahí en donde presentaran oficialmente ‘Parques’, su más reciente material de estudio.

Los Románticos de Zacatecas son una agrupación bondadosa y colmada de talento tanto fuera como sobre el escenario y la tarde del sábado 21 de julio la ciudad supo cómo devolverles toda esa bondad.

Las calles del centro lucían tranquilas y en armonía con el universo. El clima presagiaba que la presentación de ‘Parques’, el cuarto material de larga duración de la banda sería todo un éxito. Y valla que lo fue.

Después de que Axel Catalán abriera la velada al ritmo de su auténtico y vivencial folk con temas como “Bonita” o “Perro Viejo” frente a un teatro a la mitad de su capacidad, llegó el turno para que Los Románticos salieran a demostrar porqué son una de las agrupaciones mexicanas más queridas y respetadas dentro del país.

Unas puertas atrás del imponente escenario, en backstage, la agrupación convivía bajo una tranquila dinámica que consistía en tomar alguna cerveza, caminar por los largos pasillos del venue para atestiguar qué tanta gente había asistido al llamado, en revisar el celular, en sonreírse los unos a los otros. La tarde se pasaba entre amigos y un dejo increíble de satisfacción y tranquilidad.

De repente, casi imperceptible, la tercera llamada llegó, y el teatro de la ciudad se vino abajo. El telón se abrió y la banda estaba parada en medio de gritos y júbilo. Una de las obras más importantes dentro de su carrera estaba por comenzar.

El repaso musical de Los Románticos de Zacatecas fue basto y rejuvenecedor. A pesar de que los tickets indicaban asientos numerados, los fans de la banda decidieron arremolinarse al frente del escenario para sentirlos más cerca, para cantar con más cariño. El suntuoso escenario capitalino se veía coronado por un neón en forma de carita feliz, que de cierta manera, anunciaba su reconciliación con la modernidad y con sus ahora jóvenes visitantes.

Durante el recital, la agrupación invitó a varios de sus amigos para que se les unieran en el festejo. El primero en salir fue el niño de oro de Chihuahua, Dromedarios Mágicos, seguido por Sofi Mayen y Carla Sariñana.

En un abrir y cerrar de ojos las luces se encendieron, el telón comenzó a descender y las pulsaciones del corazón comenzaron a retomar su ritmo habitual. La noche terminaba para unos, y comenzaba para otros.