Vámonos por puntos para que estemos todos en el mismo canal respecto a porqué sentimos que para lo sucedido, a las Pussy Riot les fue bastante bien:

  1. 4 personas vestidas de policías interrumpiendo una final del mundo, habla muchísimo de la poca seguridad que había en el estadio, así como de la realidad que existe en Rusia: no toda la gente está conforme con la casi-dictadura de Putin.
  2. A eso sumémosle lo imprescindible: Pussy Riot otorgó un increíble tributo al poeta Dmitriy Prigov, a través de una protesta pacífica que mostró al mundo que Rusia, lejos de ser el país incluyente y moderno que presume ser, es un territorio homofóbico de presos políticos, persecuciones y censura.
  3. Que no importas qué tan “poderoso” sea o crea ser Putin, simplemente no va a poder a detener a Pussy Riot.

Y entonces, ¿cual será el castigo por revelar esto en una final de copa del mundo? 

£121 por “Violar las normas del espectador durante la transmisión de un evento deportivo” y £18 por “Portar ilegalmente uniformes oficiales”.

No cabe duda de que esta final la ganó futbolísticamente Francia, y políticamente Pussy Riot.

¡Aguante!