“Aquí me expreso y la gente me ve a mi misma. Es mi música más fiel.”

Yaité Ramos es una narradora, una cuenta cuentos de la vida, pero también es una maga, una santera de sangre cubana y ritmos latinos, cuyo paso por la vida la llevó a asentarse en un barrio parisino para darse cuenta que la lírica y flow del hip-hop sería el vehículo que expresaría todo lo que guardaba en el alma.

Yaité, o la Dame Blanche, como se identifica artísticamente, estiba una carga muy pesada sobre sus hombros, pues es hija de Jesús “Aguaje” Ramos, director musical de la Buena Vista Social Club, una banda conocida por ser la portadora de la antorcha musical cubana al rededor del mundo.

De lo establecido, a lo personal.

Yaité es una artista profesionalmente entrenada para tocar música clásica, pues es egresada de la famosa Escuela Nacional de Arte en Cuba, en donde aprendió a ejecutar jazz latino y flauta clásica, pero fue su llegada a París hace 18 años, lo que la cambió por completo.

Llegar ahí, le dio identidad.

Encontró un sonido orgánico que nada le exigía, la retaba profesionalmente, y le permitía expresarse mediante todo el saber que había adquirido a lo largo de los años -cantar, rapear, tocar la flauta y mezclar sonidos-, así fue como Yaité, en contra de todo lo establecido, disparó su última bala.

“Es un proyecto muy sincero. No es que los otros no lo hayan sido, mis proyectos de jazz y las otras cosas, pero yo creo que aquí me expreso y la gente me ve a mi misma. Es mi música más fiel.” 

Cuba en la piel y en el alma.

Con dos trabajos de estudio bajo el brazo, y un tercero que promete ser dinamita, La Dame Blanche le canta a la vida y a las historias que su amada tierra le ha dejado, porque si de Cuba se trata, ella sólo sabe hablar de admiración y respeto.

La sensibilidad que se percibe en la mayor parte de sus composiciones proviene de personajes reales e historias auténticas, las cuales ha llorado y ha reído, y en vez de guardarlas en un cajón, salen a la luz en forma de melodía.

Hay que ir siempre con esa sensibilidad a la hora de escribir porque soy cubana, y yo quiero entrar a Cuba siempre. El día que yo tenga el mínimo problema para entrar a Cuba, tal vez ahí mi manera de escribir será diferente”