Roomies

Sin lugar a dudas vivir solo es una de las cosas más emocionantes pero a la vez preocupantes, pues en tu nueva aventura de dejar atrás casa de tus padres o de tus abuelos, ahora es tiempo de que veas por ti mismo y es muy probable que nadie te ayude esta vez. A menos de que lo pidas desesperadamente.

Lamentablemente son pocas las personas que tienen la oportunidad de vivir en esos departamentos lujosos de mil habitaciones, alberca, gimnasio y hasta supermercado; seguramente no tienes el dinero suficiente para vivir por tu propia cuenta y tendrás que recurrir a los famosos ‘roomies’ que, bien que mal, te ayudan a pagar una parte de la renta y hasta hacer más amena la convivencia.

Desafortunadamente tener ‘roomies’ no siempre es la mejor opción del mundo, pues al principio pueden ser las personas más amables del mundo y después se convierten en una piedra en el zapato que agarra tus vasos, no lava sus trastes, cree que tu casa es el lugar oficial del after entre muchas otras cosas. Aquí abajo encontrarás las 5 cosas que harán que quieras matar a tu ‘roomie’.

1. La maldita ropa regada. Aunque esto podría aplicar a cuando te mudas con tu pareja, definitivamente existen momentos donde la persona que divide la renta contigo deja sus calzones en el baño, la chamarra en el sillón, los tenis en la cocina y un sin fin de cosas. Esto hace que pierdas la cabeza en segundos.

2. Los malditos trastes sucios. ¡Agh! ¿En serio es tan difícil lavar un maldito traste después de usarlo?

3. El maldito ruido. Es más que evidente que para este punto ya comenzaste a ignorar la palabra “maldito”. Seguramente habrá días donde llegarás cansadísimo, sin cagas de nada, pero ahí estaré tu roomie un martes a las 4 de la mañana poniendo música a todo volumen o con su novia haciendo esos ruidos extraños que todavía no logramos descifrar.

4. QUE TE ROBEN LA MALDITA COMIDA. No hay delito más grande que esto. Imagina haber pasado todo el día fuera de casa sin un maldito peso porque #Estudihambre y al llegar a casa ver que la maruchan que te habías saboreado todo el día se la comió tu roomie.

5. “Vámonos de after a mi casa”. Habrá veces donde tengas semanas que son peores que una patada en la espinilla y lo único que quieras hacer al llegar a casa es descansar. Todo bien hasta que dan las 4 de la mañana y tu roomie decide llegar con 15 personas a la casa, usar todos los trastes, dejar el piso pegajoso entre otras sustancias.