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Veamos, Spotify es el rey de los servicios de streaming. ¿Cierto? Pero también, se ha comprobado que su sistema de regalías no consciente precisamente a los artistas de su catálogo y, encima, se pelea por retener a Taylor Swift para no perder millones de suscriptores.

Suena a un modelo increíble, donde nada puede “malir sal”. Pero, contra los números nadie se puede pelear. Fuera de que Spotify es visto como un gigante financiero de Internet, un reporte sobre las actividades de esta compañía durante 2013 revelan que, en realidad, no le fue tan bien como pensaríamos.

Los ingresos: solo en 2013, Spotify percibió la entrada de casi $1 billón de dólares. Dinero suficiente como para hacerse unas camas de billetes o devolverle lo justo a los artistas… o no.

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Los costos: pero Spotify debe gastar en licencias para poder comercializar con la propiedad intelectual de otras personas. Esto, solo en 2013, le costó a la compañía casi $800 millones de dólares.

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Las pérdidas: y si juntamos los costos de licencias, más los costos de infraestructura, publicidad, personal, administración, etcétera, las matemáticas arrojan un número negativo: una pérdida de $71.7 millones de dólares, solo en 2013. Aún así, no es tan grave como el número del año 2012.

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¿Cómo le va a ir a Spotify en 2014? Como sabemos, este año se implementó la posibilidad de escuchar canciones en forma aleatoria de manera gratuita y móvil. Esto podría incrementar el consumo del catálogo, haciendo que todos salgan ganando: artistas, disqueras y Spotify. Ojalá que así sea, por el bien de la música.

Revisa el reporte completo aquí.

Vía: Digital Music News