Desde que se anunció el cartel Corona Capital 2014, el festival nos hizo un gran promesa, y ayer en el primer día de actividades logró cumplirla casi a la perfección. Los horarios hacían sentido y al poner a bandas tan buenas y fuertes como Mø o Deafheaven para arrancar el festival, desde temprano había cientos y cientos de personas en el lugar. Mención especial a la cantante de Dinamarca que arranco con fuerza y pasión desbordada para sus fans. Una clase magistral sobre cómo se abre un festival. También Ricoshe! sentó el tono del escenario Claro Música Bizco Club.
Todo lo que seguiría a un fuerte arranque continuó mejorando a lo largo del día, Hercules and Love Affair destrozó el escenario con su fiesta y la tierra en serio vibró de tanto baile, por su parte Best Coast y Real Estate nos dieron el atardecer más bello posible.
Pero, los cosas sólo se podrían poner mejor. Pues por primera vez en 9 años, Weezer nos cantó a los mexicanos, así que para celebrar la ocasión, Rivers Cuomo decidió covear una de sus canciones mexicanas favoritas.. ¿Cuál? El éxito de Ana Gabriel: “Quién cómo tú”. Todos los presentes sabían que nunca más este se iba a repetir, y mientras todas cantaban “My Name is Jonas”, se creó uno de los mejores momentos de la historia del todo el Corona Capital.
Ahora era el turno de Massive Attack, uno de esos grupos que uno puedo (y debería) ver todo el tiempo, un conierto de Massive Attack al día sería lo más sano…Pero, la lluvia y los rayos no pensaron mismo y poco después de arrancará su presentación, la tormenta fue tal que se tuvo que detener el festival. Muchos fans se quedaron enojados y mojados, pero es importante recordar que es mejor haber escuchado a Massive Attack, aunque fuese por un ratito, que no haberlos escuchado en lo absoluto… además, claro, de evitar el riesgo que una tormenta eléctrica implica.
Después de una pausa en las actividades, el festival reanudó con MGMT, SBTRKT, Jack White y The Horros. Una final perfecto a un día casi perfecto, donde el frío, calor, lluvia y demás, no fueron suficientes para detener la música.