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Es uno de los discos más importantes de hace dos décadas, representa la cúpisde creativa de la banda de Anthony Kiedis, Michael “Flea” Balzary, John Frusciante y Chad Smith, y el día de ayer cumplió 15 años.

El 7 de junio de 1999 se lanzó el álbum que marcaba el regreso de Frusciante a la agrupación, (quien después de tener muchos problemas con Kiedis, había sido reemplazado por Dave Navarro, guitarrista de Jane’s Addiction). Hecho que alegró a todos los fans que necesitaban desesperadamente de más rock en sus vidas. A finales de los 90, las canciones más populares eran “Livin’ la Vida Loca” de Ricky Martin, “Mambo No. 5” de Lou Vega y “Believe” de Cher, afortunadamente los californianos nos salvaron con composiciones como “Scar Tissue”, que instantáneamente se convirtió en un éxito y arrasó en las listas de popularidad.

El álbum comienza con el sonido distorsionado del bajo de Flea, para después dar paso al riff frenético que todos conocemos. “Around the World”, es la síntesis del álbum; el tema tiene todos los elementos que se explorarán a través del tracklist. En el segundo sencillo del disco, la pausa que se da entre los versos funk y las rimas de Kiedis, además del coro paradisiaco con la voz de Frusciante en el fondo, nos revelan el tono de la séptima producción discográfica del grupo.

Fue un manifiesto de la imparable máquina en la que se convertiría la agrupación: a partir de este punto era inevitable que todo álbum que produjeran tendría por lo menos una canción que llegaría a las listas de popularidad. Fue un antes y después en la historia del grupo, no se podría hablar de los Red Hot Chili Peppers sin hacer una importante parada en Californication.

La obra que los ayudó a dejar de ser “esos tipos que se desnudaban”, su imagen pasó a segundo plano y su música comenzó a ser la protagonista. Hicieron a un lado sus propias restricciones y expandieron sus influencias. El funk, que había sido el género preponderante en casi todas sus producciones se sincretizó con el rock psicodélico, el metal  y hip-hop. Tomaron a los artistas alternativos más importantes de la época y los reinventaron a forma de Chili. En el álbum se escuchaba la distorsión de Soundgarden y los Smashing Pumpkins, pero también las rimas y beats de Cypress Hill o Public Enemy.

Esto ayudó a que más de la mitad del disco se convirtiera en parte obligatoria de sus setlists ,”Otherside”, “Californication”, “Scar Tissue”, “Road Trippin”, “Easily”, todas se convirtieron en clásicos. Las primeras tres sonaron en la radio hasta el cansancio y todas llegaron al U.S. Billboard 200.

El primero, “Scar Tissue”, ganó un grammy a mejor canción de rock. La balada vio los frutos de la impecable producción de Rick Rubin, quién ya había trabajado con la banda en dos de sus discos más populares, Blood, Sex, Magick y One Hot Minute. 

El video de este primer sencillo evoca a la perfección el sentimiento de soledad que podemos percibir mientras a la banda, en un Pontiac de 1967, va recorriendo las carreteras desérticas de California. John Frusciante es quien maneja el automóvil, lo que sirve como una metáfora de su regreso a la banda y la gran influencia que tuvo en el sonido del álbum. Todo termina con un solo lleno de melancolía, como si el guitarrista supiera que eventualmente dejaría el grupo de nuevo.

“Otherside”, el tercer sencillo del álbum se convirtió en un himno de estadio, la primera línea de la canción, “How long, how long”,  cantada por todos sus fanáticos opaca la voz de Kiedis cada vez que la tocan en concierto. El extraño video de animación no le hacía justicia suficiente, pero lograba hacerle un eco al lóbrego track.  Para todos aquellos que no se habían dado cuenta: la letra de la canción es una carta suicida, por lo que si han cantado alguna vez a todo pulmón el tema, han rogado que les corten la garganta, y les debería dar pena.

El cuarto sencillo, “Californication” es una carta de amor y odio al área metropolitana de Los Ángeles: Hollywood, Beverlly Hills y Venice Beach representaban “the edge of the world in the western civilization”, a la que todos queríamos pertenecer. Por ello, a través del video, el grupo nos vendía el  juego en el que nosotros podíamos aspirar a ser cantantes o actores, estrellas de la televisión o dobles en una película de acción. A su vez, se convirtió en sinónimo de la era de MTV, no había programa en la famosa cadena de televisión que no lo mencionara o lo pasara. Todos queríamos comprar el sueño de la Californicación.

Pero el álbum es más que sus sencillos, “Get on Top” tiene influencias directas de la canción de Yes “Siberian Khatru” y del disco de Cream: Disraeli Gears, “Emit Remmus” fue inspirada, por más sorprendente que pueda sonar, en Melanie C, una de las integrantes de las Spice Girls. “Right on Time” es una explosión que evoca a las mejores canciones funk de los 80.

El álbum es el espíritu de toda una época, los Red Hot Chili Peppers definieron 1999 con Californication, el último año del  siglo  XX se moldeó con furiosas líneas de bajo, rimas vocales armónicas, solos de guitarra simples pero impetuosos, sin olvidar los golpes de la poderosa batería.  Logró conseguir la certificación de platino 5 veces. Sólo en Estados Unidos vendió más de 5 millones de copias y un poco más de 15 millones alredor de todo el mundo.

Ningún otro álbum volvería a ver a los Red Hot Chili Peppers en ese nivel sincronía. Nos vendieron la fornicación de California y nosotros la compramos, nos hicieron adictos y por eso lo seguimos escuchando.