Foto por Ana Kras. Cortesía de Nonesuch Records

Foto por Ana Kras. Cortesía de Nonesuch Records

Texto: @folkmetender

“¡Tu voz suena increíble con ese efecto, quiero grabar una canción con él!” Así me recibió Devendra Banhart desde su sala en Nueva York. “No es efecto, estoy enfermo de la garganta (risas).” fue lo que contesté, una enfermedad causada por el frío de los últimos días tiene mi garganta un poco herida. “Perdón, sé lo que se siente y es lo más horrible del mundo.” Nuestra llamada estaba programada para un día antes pero la salud de Devendra impidió que así fuera, por lo que el pasado jueves, justo antes de comer, platiqué con el músico sobre sus orígenes latinoamericanos, el supuesto fin del mundo, la belleza secreta del lenguaje castellano y su nuevo álbum, Mala (Nonesuch/Warner, 2013). “Vamos a tirarnos de un puente hacia la calma de las aguas y platiquemos.”

¿Cómo viví el fin del Mundo? El calendario Maya es increíble, me fascina, tienen tanta sabiduría. La única tristeza que tengo es que no filmé a la gente que fue a los pueblos donde supuestamente pasaría algo importante: a México, Francia, Perú, Egipto, pensando que iba a pasar algo extraordinario; no pude filmar las caras de la gente cuando no pasó nada. El fin del Mundo viene todavía y la decisión de que uno nuevo nacerá es una cosa individual y personal.

Tu nuevo disco se llama Mala, palabra que en castellano tiene una connotación negativa, aunque en serbio significa pequeño. ¿Cierto? ¿De dónde surge el nombre?

En hindú significa una cosa, en serbio, greco y español otra, me gusta que tiene muchos significados e interpretaciones. Al mismo tiempo entiendo perfecto que para el público hispanoparlante puede ser negativa, pero es ahí donde radica la belleza del idioma castellano: mitad del significado tiene que ver con la palabra y mitad con la manera en que lo dices. Puedo decirle a mi madre “mala” con dulzura y después abrazarla y darle un beso, entonces se convierte en dulce. Me pareció apropiado ya que muchas de estas canciones no tienen que ver con una persona, en general no tienen que ver con nadie, las canciones de amor están dedicadas para ese tipo de música, para ese estilo en que se canta y se interpreta. Mala es una palabra que para mí representa el amor que tengo por mi cultura sudamericana. Ssólo los sudamericanos pueden entender la forma. La palabra “coño” es el mejor ejemplo, puedes decirla cuando te caes: “coño me caí” o cuando estás lleno de júblio: “coño ya gané”. Es algo que todos los latinoamericanos pueden entender, pero para el resto del mundo lo tienes que explicar (risas) ¡me encanta! El mundo aprende algo de la cultura latinoamericana. Es muy importante, hay que entender nuestra lengua. Es un gesto de amor el componer en un género y escribirle una canción de amor a ese género; las canciones hablan sobre mi amor por la música, por ejemplo, la jamaiquina en los 50’s.

Mala me parece mucho más íntimo y personal que What Will Be, incluso lo siento oscuro y melancólico; logró ponerme la piel chinita en varias canciones…

¡Wow! Gracias, te entiendo. Desde que yo empecé pensaba que todos mis discos serían diferentes. Después, las cosas se vuelven más grandes. Al principio era desde mi cuarto yo solo, de ahí creció hasta grabar en un estudio profesional con mucha gente o una casa llena de personas, todo va creciendo. Llegó un momento en el que estaba grabando pero casi no sentía que fuera mi álbum (What Will Be), había demasiada gente involucrada, me perdí ahí. Me gusta el disco pero hay cosas que no son mías, no me da pena eso pero esa es la realidad de ese disco, ya pasé por ese proceso y ya hice mi paz con ello. En este disco quise dar un paso para atrás, hacerlo más humilde, más sencillo; es una práctica la humildad, viene del dolor, del sentirse destruido, es una realidad de la vida pero es así como viene. Éramos sólo tres personas, Noah (Georgeson), Josiah (Steinbrick) y yo. Hay amigos ayudando como Rodrigo (Amarante) y Greg (Rogoue), pero lo hicimos nosotros tres con lo menos que podíamos. Empezamos a experimentar, la percusión no sólo son baterías, tambien se escuchan cuchillos, cadenas, vidrios rotos, látigos y cinturones (le pegué al culo de Rodrigo). Los sonidos electrónicos no son todos sintetizadores, hay cosas orgánicas que manipulamos orgánicamente. En la ultima canción (“Taurobolium”) no hay sintetizadores, son pájaros cantando y nosotros manipulamos la velocidad para que sonara electrónico. Todo fue a propósito, tener pocas opciones; no era un estudio de grabación, éramos los tres con una grabadora de cinta y ya. Es algo minimalista pero más consistente, se siente como un álbum completo.

Foto por Ana Kras. Cortesía de Nonesuch Records

Foto por Ana Kras. Cortesía de Nonesuch Records

“YOUR FINE PETTING DUCK” es diferente al resto de las canciones, tiene una estructura progresiva, incluye todos los elementos del disco, tanto acústicos como electrónicos, cambias de lengua entre el inglés y el alemán, incluso canta tu chica (Ana Kraš). ¿Cómo surgió?

Esa canción es como un chiste. Es mi interpretación de un tipo de canción y a la vez tiene una letra de amor; me encantan todas estas canciones que dicen “Mi amor perdón, perdóname, se que fui terrible, pero estoy aquí soy un hombre nuevo.” Como de Luis Miguel o Julio Iglesias (en este momento Devendra empezó a cantar) “Te perdí, regresa a mí, mi amor”. Me encantó la idea de escribir una canción en la que ella o él dice: “Ok, vente pues” y la otra persona dice: “¡Wow! Pero no te olvides de que soy una mierda, de esto y esto que hice.” No tiene nada que ver mi relación con mi chica, simplemente me encanta su voz. Es una puesta en escena. Teníamos toda la tecnología para asegurarnos que no iba a haber ningún problema con el ritmo, todo debía estar sincopado; tocamos todo nosotros y nos aseguramos de que todo estuviera un poquito roto, el ritmo no está perfecto en esa canción para nada; fue parte de la idea también, que al mismo tiempo sonará como una canción normal.

Para terminar nuestra breve plática vía Nueva York – D.F., hablamos sobre Natalia Lafourcade Agustín Lara.

Amo a Agustín Lara desde hace tiempo, ya fui fan de Natalia (Lafourcade) también. Estaba en México hace varios años y escuché en una estación de radio el primer sencillo de su disco anterior, me encantó. Tiempo después una amiga mía, que también es amiga de Natalia, nos presentó. Ella estaba grabando con Noah y Rodrigo y como son mis amigos, pues supongo que se sintió mal y dijo: “Vale, vamos a invitar a Devendra.” (risas)

Después de despedirme, Devendra hizo lo propio con un consejo Jedi:

Descansa tu voz, descansa tu cuerpo y disfruta.

Mala, en último álbum de Devendra Banhart, llegará a las tiendas el próximo mes de marzo a través de Warner  y Nonesuch.