Win Butler / Foto: Daniel Patlán

Win Butler / Foto: Daniel Patlán

¿Cómo describes lo que sucedió anoche con Arcade Fire? Las palabras se quedan cortas: ¿Una fiesta? Sí. ¿Un carnaval? Sí. ¿Una puesta en escena? Sí. ¿Una celebración? También.

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Siempre me han gustado los conciertos masivos, escuchar a decenas de miles de personas cantando al unísono tiene un poder que pocas cosas provocan. Escalofríos y emoción que te hacen sentir parte de algo, himnos que se convierten en eso por naturaleza, no porque te los hacen recitar como perico en la escuela. Y si hacer himnos es un arte, Arcade Fire son los expertos.

Desde que tomaron el escenario mientras bailaba un hombre bola disco al son de “Reflektor”, hasta que se despidieron por primera vez del escenario entre penumbras y “Sprawl II”, la banda causó una emoción que pocos actos alcanzan. No importaba si no te sabías la canción, bastaba con un par de repeticiones o ver al de al lado para encontrarte cantando las melodías de “Haïti” o el final de “Rebellion (Lies)” en el que Win Butler dirigió al público en un coro masivo que inundó el Foro Sol. Canción tras canción, Arcade Fire se ganaba el corazón de todos en el Vive Latino, desde el fan de hueso colorado hasta el curioso que se quedó por ahí.

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El mensaje de unión que permea una buena parte de las letras en la discografía de la banda se refleja en la música. Coros sin palabras, melodías primarias que desatan sentimientos más allá de la barrera del lenguaje y una necesidad de gritar a todo pulmón que parece que todos compartimos secretamente.

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La nueva faceta musical de Arcade Fire es toda una experiencia en vivo. Ver cómo reimaginaron sus canciones clásicas con sonidos tropicales y sintetizadores ochenteros es algo que pocos hubieran logrado. Darle una nueva imagen a un viejo conocido es algo que se agradece, especialmente con una banda que ya nos ha visitado.

Cuando lograban combinar esos sonidos tropicales con los coros de estadios que los caracterizan los resultados eran impresionantes. Un verdadero carnaval encarnado, tal y como sucedió con la agridulce “Afterlife” o el clímax de “Here Comes the Night Time” en medio de una lluvia de papeles de todos colores. La segunda extrañamente se mezcló perfectamente con muchos de los conceptos recurrentes del festival, era una canción con toques de rock, un beat de reggaeton, una serie de instrumentos tropicales y que en el fondo tenía un mensaje de crítica social. ¿Quién dijo que una banda internacional no cabía en el Vive Latino?

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Al final y como ya es tradición con Arcade Fire, “Wake Up” fue la que cerró la noche y con esa canción una vez más demostraron el poder de la unión a través de la música. Un gran coro al unísono que cerró una noche inolvidable, para ellos, para nosotros y para los 15 años del Vive Latino.

Vean todas las fotos de la presentación de Arcade Fire aquí.