May I have your attention, please?
Hace 18 años el panorama del rap no era tan diverso y ‘políticamente correcto’ como lo conocemos hoy en día, pues aquella ley escrita a punta de plomo y sangre que dictaba que el género había nacido por y para el ghetto era prácticamente inquebrantable, ¿Cómo iba a concebir todo el censo afroamericano que un enclenque chico blanco (muy blanco) de Missouri llegara a acaparar todas las listas de popularidad de hip-hop durante el 2000?, ¿Porqué y quién les iba a arrebatar uno de los agentes culturales más importantes de todo su linaje?
Eminem llegó como una ola violenta que nadie vio venir, pero que definitivamente sacudió la costa del hip-hop del nuevo milenio.
Em ya contaba con un par de producciones discográficas antes de ‘The Marshall Mathers LP‘, el primero de ellos (Infinite), continuamente olvidado por su falta de éxito comercial, seguido por el ‘The Slim Shady LP’, trabajo que lo posicionó no sólo como uno de los MCs más virtuosos de su generación, sino como un emblema de desobediencia juvenil e inconformidad.
Si Eminem decía que le valía un auténtico pepino ganar un Grammy, y se burlaba de Britney Spears, Christina Aguilera y Fred Durst en un mismo estribillo nosotros le creíamos, y mejor que eso, nos empoderaba, y sentíamos correr por nuestras venas esa tan ansiada insurrección adolescente que empataba con nuestro apetito de comernos al mundo de un sólo bocado. The Real Slim Shady musicalizó nuestros intensos sueños de libertad y autonomía, y por ello, deberíamos de estar siempre agradecidos.
‘The Marshall Mathers LP‘ fue producido por su mentor (el de todos, más bien) Dr.Dre, y vendió 1.78 millones de copias en su primer semana de lanzamiento, y alrededor del mundo, alcanzó las 22 millones de unidades (el doble que logró reunir ‘The Slim Shay LP’), y como en una especie de presagio caleidoscópico, ganó el Grammy por ‘Mejor Álbum Rap’ del año 2000.
