Entrevista por Marisol Martinez.

De lo intimista a la colectividad: Platicamos con Alex Anwandter sobre su nuevo material discográfico.

Jaqueline Vera, la madre Daniel Zamudio, joven que murió a causa de las severas laceraciones que su cuerpo sufrió la madrugada del 02 de marzo del 2012 yace sentada frente a la Posta Central (o dicho con otras palabras, el Hospital de Urgencia y Asistencia Pública en la región metropolitana de Santiago de Chile) sin aliento, sin fe. Ya no reza, desconoce a ese dios al que tanto tiempo adoró. Su Daniel fue brutalmente golpeado hasta la muerte por un grupo de ‘neonazis’ cuya única provocación fue que se reconociera abiertamente homosexual.

Chile, ese país arrojado hasta el vértice más apartado del continente se estremeció hasta las entrañas. Comenzó a repensarse, a reconstruirse desde la colectividad, esa colectividad que debería luchar en contra de la represión heteropatriarcal con la que fuimos criados ‘por default’. Ya lo decía Alex Anwandter en “Manifesto”, tema del 2016:

“Que no creo en Dios ni nada de esto.
Yo quiero ser un manifiesto, hecho cuerpo.
Sí, un cuerpo que va a disparar.

Y entiendo toda tu violencia.
Que, niño mío, no es ciencia,
que lo justo no es normal.
Defiéndete no más”. 

A 6 años de los aberrantes sucesos, la voz de Anwandter retumba como una de lamás importantes del globo en la lucha por “esas causas que siempre le han importado, como la lucha de género, la política o la identidad latinoamericana”. Así me lo cuenta mientras tímidamente se cambia los lentes de sol por anteojos en una casona en reconstrucción en el corazón de la CDMX.

Después de haber dirigido un documental clave para entender la lucha de género titulado ‘Nunca vas a estar solo‘ y de lanzar ‘Amiga’, disco con un profundo y provocador sincretismo, Alex está de vuelta con  ‘Latinoamericana’ , un nuevo material de estudio que estará disponible a partir del 12 de octubre.

“Es un disco más histórico, tiene mucha temática de la historia de Chile, Latinoamérica, y se preocupa de volver a reconectar esas cosas perdidas y reflexiona sobre nuestra identidad artística como latinos”.

La colectividad y la autenticidad son dos piezas fundamentales en el imaginario artístico de Alex. Los años han pasado, y me asegura que después de mucho ahora es libre de esa atroz tibieza con la que la sociedad y mandatarios de múltiples regiones afrontan la desigualdad económica y social.

“El disco es así en parte porque siento que mi ideología esta clara. No tengo que repetir ni reciclar panfletos disco tras disco y quería explorar otras maneras de transmitir mis ideas.

No creo en la música como una lista de temáticas sociales en las que uno debe hacer ‘check’, quería dejar que mis preocupaciones y sentimientos se relacionaran entre sí de una manera más libre. En esta ocasión le di un poco más de espacio a la interpretación y a lo poético”.

Lo percibo más sereno. Como alguien que ha alcanzado el aplomo necesario para encarar los problemas con un sosiego casi zen. Me corrige, “Estás equivocada, agresivo y fiero sí necesito ser”.

“Piñera machista misógino y sexista, las mujeres no somos medallas” .

Esa era la consigna de una de las pancartas instaladas frente al Palacio de La Moneda, sede del Gobierno chileno el pasado 14 de junio. La sentencia hacía alusión a una actividad que tuvo el presidente Sebastián Piñera, donde comparó el número de medallas obtenidas por el deportista Tomás González, gimnasta chileno, con el número de novias que eventualmente éste tendría. En una región en donde el machismo y la misoginia nos corroe hasta lo más profundo, voces como las de Anwandter no son opcionales, si no necesarias.

Le cuestionó sobre el papel de los músicos en las políticas actuales y el grado de responsabilidad que cada uno de ellos posee directa o indirectamente como líderes de opinión. Como posibles agentes de cambio.

“La comunidad latina sí tiene conciencia política, y tiene movimientos sociales potentes, lo que siento que es más difícil es conjugar eso con el arte, y es difícil porque son tradiciones que se han cortado. 

La música de protesta/social se volvió obsoleta hace mucho tiempo, en los años setenta, por ejemplo, y después ese vínculo entre los artistas y la sociedad se rompió a la fuerza sobre todo con las dictaduras sudamericanas. Se eliminó de raíz, y se mataron a muchos artistas, y recuperar eso es una cosa que lleva tiempo hasta que sale algún artista que se preocupa por volver a encontrar esos hilos que unen el arte y a la sociedad. Elaborar un discurso dentro de su arte que sea auténtico”.

¿Qué hubiese pasado si no nos hubieran cortado la identidad artística a la fuerza?

“Locura” es el primer corte del nuevo material de Alex. A primera ‘escucha’ podría parecer un tema ligero, que invita a la felicidad y el empoderamiento (cosa que es parcialmente cierta), pero detrás de ella se esconde una retrospectiva cultural y una mirada mucho más profunda a nuestras raíces iberoamericanas.

“En el nuevo single hay una referencia a la Malinche y ese tipo de imágenes.Temas que puede que la gente joven no sepa lo que es, pero intento profundizar en eso y conectarlos con la actualidad. ¿Porqué importa la historia de Latinoamérica en lo que somos hoy?, ¿Cómo desarrollamos nuestro arte?.

Por el lado más musical también hay un reflejo de esa búsqueda en el sentido de que es ‘latino-retro-futurista’ porque es como una música de los setenta que nunca sucedió. También hay mucha influencia de música brasileña que son los sonidos con los que crecí”.

Un retrospectiva a nuestro pasado para poder entender nuestro presente y la continua búsqueda de un devenir mucho más brillante para todxs. Esa es la promesa de ‘Latinoamericana’, el nuevo disco de Alex Anwandter.