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Un nuevo estudio publicado por el Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (mejor conocido como el PNAS) encontró la razón de por qué ningún ser humano sobre la Tierra puede vivir sin música.

Sí, todos somos adictos a la música y sin ella no podríamos ni respirar. Ahora, ¿por qué pasa esto? ¿Por qué dependemos tanto de la música para canalizar nuestras emociones, para construir relaciones o para definir nuestra identidad?

La respuesta está en las frecuencias bajas de los sonidos. En este estudio, científicos llegaron a la conclusión de que los sonidos conocidos como bajos son las que entran por nuestros oídos, se instalan en nuestro cerebro y provocan esta sensación de placer que no queremos que se vaya nunca.

Partiendo de esto, este estudio sostiene que la música con un mayor rango de frecuencias (sobretodo llegando a las bajas) es la que más provoca adicción.

Y ahora lo entendemos, no es casualidad que, por ejemplo, géneros como la electrónica, el hip-hop o el esté turbo-cargada de bajos, son como droga para las personas.

Vía FACT.