Kanye West emprendió anoche una gira de 39 fechas que arrancó en la ciudad de Indianapolis, donde estrenó un escenario que nunca antes se había visto en un concierto, o siquiera se había pensado que fuera posible.

Nadie puede acusar al polémico rapero de apegarse a lo convencional; sus shows en vivo siempre son espectáculos que buscan explorar nuevas fronteras del entretenimiento, y podemos decir que en su gira de Saint Pablo se ha lucido.

¿Y qué fue lo que hizo exactamente?

¡Nada más flotó sobre el pinche público, eso fue lo que hizo!

Wow.

Kanye West debe tener un nivel de confianza inimaginable en sus roadies para que se atreva montarse allá arriba por dos horas, y no solo una noche, sino en todas las presentaciones que vienen. Ni queremos pensar en lo que pudiera pasar si ocurre algún accidente.

Oremos a San Pablo para que no pase algo terrible.

Via Rolling Stone.