Psicotrópico, ca. Adj. Dicho de una sustancia psicoactiva: Que produce efectos por lo general intensos, hasta el punto de causar cambios profundos de personalidad.

To Be Kind de Swans es el tercer disco de la segunda etapa de la banda neoyorkina que dejó atrás el término de post-punk con un álbum doble de 2 horas de duración. Éste es capaz de provocar cambios en la percepción y estados de ánimo, se aleja de las limitantes que implica suscribirse a un solo género; es un material psicotrópico y magistral.

Los invitados que colaboran en esta nueva álbum doble  van desde St. Vincent hasta Al Spx y Little Annie, quienes suman con talento y no sólo con su nombre, algo que se agradece en una época en la que los invitados suelen darle más importancia al disco más que el contenido de éste en sí. To Be Kind  abre con “Screen Shot”, pieza con un “loop” hipnótico de bajo que se mantiene de principio a fin de la canción y sirve de soporte para una construcción llena de capas sólidas de voces, ritmos y distorsiones que logran el clímax y caos al que nos tiene acostumbrados la banda.

Si actualmente es común encontrar discos que no exceden los 30 minutos de duración, en To Be Kind nos encontramos con “Bring the Sun/Toussaint L’Ouverture”, una canción de 34 minutos con letra en español llena de cambios y ajena a las estructuras musicales convencionales, esto permite que el escucha pierda la noción de los sentidos y el tiempo; como una abducción extraterrestre en la que los límites de la conciencia fueron superados y nunca supimos qué fue lo que pasó, pero sabemos que algo ocurrió.

Conforme el tracklist avanza, nos encontramos con figuras musicales infinitas que se convierten en ciclos más que en repeticiones. Piezas como “Some things We Do”, se vuelven un mantra que hace un repaso por las emociones humanas más profundas y superficiales, mientras que  en “Oxygen”, con una batería que no descansa, nos recuerda al sonido avant-garde de Fantomas o Tomahawk de Mike Patton. Ciclos, todo son ciclos.

El disco cierra con una canción homónima acompañada de la voz más tétrica de Michael Gira, la que nos remite a la psicodelia oscura de The Legendary Pink Dots, y que puede dar una sensación de tensa calma que indica que la experiencia sonora terminó o que tal vez apenas está empezando.

Si bien los discos anteriores de Swans podrían encajar perfecto en el universo cinematográfico de David Lynch, To Be Kind funcionaría más si la sincronizamos con los sube y baja emocionales, violentos y destructivamente románticos de Oliver Stone. Si existe el experimento de The Dark Side Of The Rainbow (escuchar Dark Side Of The Moon de Pink Floyd mientras se ve The Wizard Of Oz),  los invitamos a experimentar Natural Born Killers con To Be Kind.

Parecía que The Seer, el anterior disco de Swans, iba a ser su obra definitiva e insuperable, pero To Be Kind se encuentra a la misma altura de su antecesor.