Rey Pila en Vancouver.

Rey Pila se encuentra de gira junto a Interpol. Al momento en que leen estas líneas, la banda mexicana está viajando de ciudad y ciudad, compartiendo escenario con los neoyorquinos y dejando su huella en cada venue y oído que se cruza en su camino. A continuación te compartimos la primera parte de su diario de gira:

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EL TIEMPO

El tiempo se vuelve muy relativo cuando estás de gira. La repetición de carretera, load-in, soundcheck, show, after-show, motel, cena, carretera, etcétera. Se empiezan a extender y a encoger los días. De pronto llevas apenas tres shows y parece que llevas un mes fuera, y luego al show 15 parece que sólo llevas una semana fuera. Acabamos de cumplir una semana de gira con Interpol y ya tenemos una buena colección de anécdotas. Estas son algunas.

DÍA 1: VANCOUVER

El vuelo DF-Vancouver salía a las 6 AM (lo cual nunca es placentero), con la ventaja de que llegas temprano a Vancouver y tienes todo el día libre antes de empezar la gira. Lo primero que hicimos fue ir a comer algo y echar la chela inaugural en un lugar llamado Cactus Club Café donde la comida no es mala y las meseras están “de buen ver” (bastante mejor que las del Angus del DF, jajaja). De postre, un gelato de campeonato (literal, tenía decenas de premios en Italia y todo el show), con una fila que daba la vuelta a la cuadra. La espera valió la pena. En la tarde rentamos un cuarto de ensayo por un par de horas para afinar detalles del show. El lugar solía ser un famoso estudio de grabación donde grabaron desde Bowie hasta Mötley Crue y Bon Jovi. En la noche asaltamos los bares de la calle de Granville, y nos tomamos más de un whisky en el Morrissey Pub, para ver si ya nos caía el veinte de que la gira ya había comenzado.

DíA 2: VANCOUVER

Vancouver es una ciudad casi perfecta, especialmente cuando los días están soleados (llueve 3/4 partes del año), Bosque, montañas, gente feliz, mar transparente, calles limpias: tanta perfección te pone un poco nervioso. Bueno, por otro lado es la ciudad con más adictos al crack en Canadá. Para despejarnos antes del show fuimos a caminar a Stanley Park un rato, y a convivir con las belugas en el Vancouver Aquarium.

Llegamos al primer soundcheck de la gira en el gran Commodore Ballroom de Vancouver. De fondo, Interpol estaba soundcheckeando “Say Hello to the Angels”. Buen reencuentro con los Interpol (les habíamos abierto sus últimas fechas en México). Tipazos. Buena bienvenida…¡Por fin nos llegó nuestro nuevo merch! Ya nos urgía tenerlo disponible. El show estuvo muy emocionante por ser el primero, con ese nervio de “la primera vez”. Ya nos iríamos aflojando. Buena respuesta del público, la mayoría nos está escuchando por primera vez en esta gira. Además era 15 de septiembre y qué mejor manera que dar el grito en un escenario como ese en Vancouver. El after se armó en un bar junto al foro, los dudes de Black Mountain estaban allí, rifándose un gran DJ set; nos prendimos con la de Gary Numan. La mesera del lugar nos invitó unos shots llamados “Pickleback” (en una obvia alusión a la banda canadiense Nickelback): un shot de whisky seguido de un shot de agua de frasco de pepinillos (“pickles”). Primer round: knock-out!

Rosca.

Rosca.

DIA 3: SEATTLE

Nuestro tour manager, Matt, se unió a la gira esa mañana en Vancouver. Ha girado años con varias bandas y “ya se la sabe”. Nos cayó bien desde el primer minuto. La primera misión era acomodar todo el equipo en nuestra camioneta. ¡No cabemos! La puerta trasera no servía y había que abrir desde adentro. El único que cabía entre el equipo es Rosca. Bueno, más o menos. Una vez acomodado el equipo emprendimos camino hacia Seattle. La frontera Canadá/EUA está muy cerca de Vancouver y el cruce es engorroso, pero un par de horas después ya estás en Seattle, bromeando que acabas de ver a Eddie Vedder en cada esquina. Llegamos directo al Paramount Theater, un teatro increíble como para 3,000 personas, similar al Teatro Metropolitan del DF. Gran sonido en el foro, y el show estaba sold-out. Se puso re-bueno. Para bajar avión fuimos a tomar la última chela de la noche con Daniel Kessler a un barecito llamado Linda’s Bar: Pura chela local, qué delicia, de las mejores cosas de girar en Estados Unidos es que casi cada ciudad tiene sus propias cervezas locales, para todos los gustos.

DIA 4: PORTLAND

Portland está en el punto medio entre la excentricidad y la locura. Muy chingón, tiene cosas de pueblo viejo y al mismo tiempo de población avanzada. Esa noche tocaríamos en un viejo salón de baile, Crystal Ballroom, que parecía salido de una película de Wes Anderson. El piso de madera era como elástico, y podías brincar y botar. En el soundcheck nos recibieron con unas donas que son famosas en la ciudad: Voodoo Donuts. Donas de cereal, de Oreo, de todo… la mejor era una de maple con tocino (suena asqueroso, pero si pueden pruébenla). Nuestro ingeniero de audio medía más de 2.10m. Afuera en la calle había viejitos sentados en la calle que podían ser de The Melvins o de The Big Lebowski. En el bar de abajo había una banda como de rock clásico sureño, y el bataco era el de Rage Against the Machine. WTF. El show estuvo divertido. A la salida del show estaba un dude de JackAss tirando rostro… Pura rareza; dan ganas de quedarse un par de días más en esta ciudad.

DIA 5: CARRETERA A SACRAMENTO

Nos llevamos un buen susto al amanecer esa mañana. Las arañas en Portland parece que también son de otro planeta. Diego amaneció con la cara desfigurada y el brazo hinchado gracias a un piquete de araña. De emergencia a la farmacia por algo que lo regrese a la normalidad. Fueron más de 10 horas de carretera escénica, grandes vistas, y paradas exóticas en unas dunas y en una tienda de antigüedades en medio de la nada. También nos encontramos un viejo arcade donde podías jugar todos los juegos que quisieras por $5 dólares. En el cine del pueblo estaban dando Volver al Futuro 2. ¿Estamos perdidos en los ochenta?

DIA 6: SACRAMENTO

Todo mundo nos decía que Sacramento era aburrido. Pero el público allí es de los más prendidos que nos han tocado en Estados Unidos. Público nivel México. Echaban desmadre, brincaban, gritaban, cantaban aunque no se la supieran. El show estuvo lleno de fallas técnicas, cuerdas rotas, micrófonos desconectados, etcétera, pero la vibra estaba hasta arriba. Buen show, muy divertido. Gracias Sacramento.

DIA 7: OAKLAND

El Fox Theater de Oakland es uno de los foros más espectaculares en los que hemos tocado. El staff del lugar es casi puro viejito barbón canoso de mata larga, pura buena onda. Seguro pertenecían a la ola psicodélica californiana de los sesenta o algo. El audio, como en casi todos los foros de la gira, es muy bueno. Suena gigante. El show estaba sold-out también. Es increíble poder presentarle tu música a tanta gente nueva.

El show nos gustó mucho, y tuvo su momento cómico cuando Diego, en un despiste característico, confundió ciudades y dijo “¡Gracias Sacramento!”. Oops… jaja. Hubo risas, y obvio Diego rectificó inmediatamente y pidió disculpas por el desliz. Una disculpa, Oakland. Los queremos de verdad. No será ni el primero ni el último al que le pase eso. Interpol dió un gran show como cada noche. Se armó buen convivio en el camerino post-show, hasta se armó campeonato de fuercitas.

Estamos escribiendo esto en nuestro primer día libre de la gira, en San Francisco. Qué gran ciudad. Caminamos todo el barrio de Mission, Haight Ashbury (la cuna del hippie-ismo), Golden Gate Park. Se siente bien quedarte quieto en un lugar, aunque sea un día. Hasta fuimos al cine a ver The Drop con James Gandolfini y Tom Hardy. Gran película, Rey Pila recomienda.

Aún nos queda un largo camino por delante. Más fechas en California, cruzar Estados Unidos hasta Memphis, pasando por el festival Austin City Limits. Ya les contaremos en la siguiente emisión…

Cambio y fuera,

RP