El espacio alrededor del Escenario Doritos es envidiable: alejado del centro de Corona Capital, disfruta de una privilegiada extensión que le da facilidad de movimiento a sus asistentes. O así lo creíamos… Pues una hora antes de que Kasabian se subiera al escenario y ya no cabía ni un alma, todo en el horizonte era humanidad… miles y miles de personas, dicen por ahí, que unas 70 mil. Poco importó el aguacero que había caído minutos antes, pues la multitud no necesitaba más que el primer acorde para perder el control.

Ahí, apretados y felices, con lodo hasta en las orejas, los fans de Kasabian cantaron.

Foto: Azul Ramirez.

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