En 2011 Il Abanico llegó al mundo de la música con su primer EP repleto de dulce pop y alegres melodías. La banda había sido formada por músicos colombianos que se habían mudado a Estados Unidos, primero a Boston, luego a Nueva York. Desafortunadamente Il Abanico llegó a su fin en 2013, afortunadamente renacieron como Salt Cathedral.

A finales del año pasado la banda decidió renacer con un nuevo nombre y unas ligeras alteraciones a su sonido. Lo que antes era pop bonito en una forma bastante tradicional evolucionó a una sorprendente mezcla que, aunque se mantiene en el reino del pop, cruza por muchos caminos. Su nueva encarnación engloba un poco de todo, desde el drum & bass hasta el post-punk pero siempre endulzando con la voz de Juliana Ronderos. ¿El resultado? Una interesante propuesta pop que balancea lo dulce y lo melodioso con la experimentación.

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