'Homework'

‘Homework’

Por: @ejival

Ejival, fundador del netlabel Static Discos, colaborador de MUTEK_MX y referencia indiscutible de la escena independiente de música electrónica en México, nos habla sobre Homework de Daft Punk y el impacto que tuvo en el mundo de la electrónica.

1997 representó un año crucial para el entendimiento de la música electrónica en términos globales y de popularidad. El ’97 fue el año en que salieron discos icónicos en la creciente ola de música electrónica con el Homogenic de Björk, Dig Your Own Hole de The Chemical Brothers, The Fat Of The Land de The Prodigy y Vegas de Crystal Method, discos que establecían el dominio del sonido inglés del Big Beat en una industria musical “alternativa” que salía apenas de la resaca del grunge.

En el contexto de la electrónica experimental, el ’97 también vio salir importantes discos, como el Autoditacker de Mouse on Mars, Chiastic Slide de Autechre, de Maurizio, Not For Trees de Plaid, Hard Normal Daddy de Squarepusher y los debuts de Porter Ricks y Matmos.

Resalto lo anterior, ya que el debut de Daft Punk llegó inesperadamente de otra región y apreciación, apoyado por un entusiasmo y nostalgia por una época que recién desvanecía, la del house. En 1997 los gustos en la pista de baile giraban hacia las nuevas formas del jungle y el drum and bass con Roni Size y LTJ Bukem, mientras que el euro house y el disco ya pertenecían a un cliché casi insalvable.

Homework provenía de una escena subterránea de música house en Francia, que más allá de Dimitri from Paris, Cassius, Pépé Bradock, Motorbass y Étienne de Crécy, evocaba una tradición hedonista extraída de una cultura acostumbrada a las fiestas épicas de María Antonieta y Luis XVI. París ardía y el house jamás murió en esas instancias. Y en un tono de respeto y homenaje, la tarea de Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Homem-Christo fue la de recontextualizar sus influencias de música house, funk y disco, en una serie de ejercicios caseros llenos de sampleos, transmutaciones y filtraciones que terminaron en Homework, ahora considerado como uno de los discos más influyentes de música electrónica en los últimos 15 años.

Los 88 tracks entre 1977 y 1997 que inspiraron Homework.

El impacto de Homework logró revertir las tendencias de la música electrónica más progresiva, o detenerla, mediante un plano de sensación y experiencia festiva. Es sin duda uno de los primeros referentes de música electrónica para muchas personas, la de ese par de robots futuristas anclados en un reciente pasado. El éxito de su reciente campaña de mercadotecnia para anunciar su cuarto disco, Random Access Memories, comprueba esa imparable y gran expectativa a nivel mundial para dar bienvenida al siguiente capítulo en la saga de Daft Punk. Su brinco desde el underground a las grandes ligas, propiciado por su cercanía con el mundo del mainstream mediante Kanye West, Pharell y la secuela al filme Tron, ha incrustado las obsesiones pop de Daft Punk a la vista del público; en un tiempo donde el EDM, la música bailable electrónica, es ahora una de las corrientes más populares de música.

Aún con todas estas claras referencias al pasado, el sonido de Daft Punk en Homework era informado por la vertiente inglesa del Big Beat en un par de tracks. Pero con la clara potencia de “Da Funk” y “Around the World”, acompañados por influyentes videos de Spike Jonze y Michel Gondry, deja claro que era preferible para ellos la suntuosidad de la música dance, a confirmar las tendencias de esa época.

“Around the World” dirigido por Michel Gondry

“Da Funk” dirigido por Spike Jonze

La primera vez que escuché Homework, fue en la ya desaparecida Arons Records en Los Ángeles. Encontré el CD en la sección de discos usados de promoción. Al llevarlo a la estación para escuchar discos, lo que más recuerdo fue que el volúmen del reproductor de CDs estaba a un nivel medio pero el sonido que salió de los audífonos fue impresionante: la compresión, la técnica de producción, el incesante, intenso y atenuante bajeo… Y es una constante en el consecuente trabajo de Daft Punk, que por encima de las canciones y sus ejercicios sonoros, su capacidad técnica siempre sorprende.

Tal vez sería mi única crítica despiadada a los robots franceses, que a pesar de considerarse humanos, su capacidad técnica va por encima de su capacidad para crear únicamente de dos a tres canciones memorables por disco. En ese afán por dominar la técnica, en esa estrategia por permanecer anómimos bajo sus brillantes máscaras robóticas, Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Homem-Christo a veces se esmeran demasiado en rescatar ese pasado que no pueden superar, más que emular. Incluso Stardust, el proyecto de Thomas Bangalter al lado de Alan Braxe y Benjamin Diamond, es más auténtico en su innovación del pasado.

La otra cosa bonita que llegó con Homework fue todo el ecosistema relacionado a ese género nuevo que ellos mismos llevaron al siguiente nivel, el del nuevo house francés o French Touch, en donde Air y Sébastien Tellier perfeccionarían parte del discurso romántico y electrónico de Daft Punk. Lo que sucede post Homework, es incluso más emocionante que el mismo contexto que les vio nacer. Al inspirar a toda una nueva generación de productores electrónicos a llevar su cometido al siguiente nivel con toda la comitiva de Ed Bangers. Y no sólo eso, sino que la revaloración del house, funk y disco llegaría a todo su esplendor a menos de una década de Homework. Proyectos como Escort, Metro Area y todos los barbones noruegos del disco cósmico (Lindstrøm, Thomas, Terje y etc), tienen una gran deuda a esa primera exploración moderna del disco que se da en Homework.

No puedo evitar sentir un poco de decepción ante el nuevo álbum de Daft Punk, Random Access Memories, que a pesar de contar con una pieza tan fina como lo es “Motherboard”, palidece ante el hype y la expectativa que ellos mismos han creado alrededor de su nuevo lanzamiento. Si bien son más claros y honestos en llevar esas influencias del pasado y conservarlas en una obra analogicamente espectacular, sigo pensando que me resultan más interesantes cuando confunden sentimientos y expectativas.

Entiendo esta narrativa, en el gran contexto de las cosas, la de ir de lo digital a lo analógico, y más en tiempos de tanta distracción digital que busca un acercamiento más directo y humano a las cosas. Incluso su película, Electroma (2007), es prueba irrefutable de lo que pasa cuando este par de robots intentan convertirse en humanos y en ese ejercicio, terminan sacrificando su propia existencia en una masa amorfa de fuego y destrucción.

En ese sentido, y si todo aquí acabara, Daft Punk serían eternamente geniales.