Omar Rodríguez-López es uno de los músicos más prolíficos de nuestros tiempos, tanto que es casi ridículo. Tan solo como solista ha publicado casi 30 lanzamientos en una década y si sumamos su trabajo con otras bandas, su trabajo como productor y colaboraciones tiene más placas a su nombre que lo que muchas bandas logran en toda una carrera. Su genialidad lo hace tan productivo que es casi imposible seguirle el paso, aún para los fans acérrimos de sus proyectos más populares como los ahora desintegrados The Mars Volta. Después de una larga racha de creaciones brillantes, pero intrascendentes, Omar ha logrado superar uno de sus retos más grandes: trabajar con una banda. Su viejo amigo Deantoni Parks lo acompañó en la vida post-Mars Volta y sumó a Nicci Kasper, con quien tiene un proyecto llamado Dark Angels; ahí estaba la base, pero faltaba una contraparte, un complemento a Rodríguez-López. En Teri Gender Bender encontró su complemento, otra mente intensa y difícil de controlar para cerrar un círculo virtuoso, una supergrupo conocido como Bosnian Rainbows.

La carta de presentación de Bosnian Rainbows es una obra new wave con tintes de progresivo, desde fuera es brumosa y oscura, pero al acercarse está llena de todo tipo de colores. También es un arma de doble filo, la voz de Teri proyecta una dulzura que no había mostrado antes, pero la utiliza para hablar de decepciones amorosas, engaños fatales y falsas esperanzas. Si no se conocieran las identidades de los miembros de la banda, ésta sería equiparada con propuestas como Toy y proyectos de la importancia de The Horrors. Aunque se les juzgue como veteranos, en todo momento cumplen las expectativas. El vaivén entre la veloz guitarra de Omar y las frases punzantes de Teri, construyen la tensión ideal para mantenerte atrapado a lo largo del disco.

Sin duda, no todo está en manos de los miembros más llamativos de la banda, los sintetizadores remiten a proyectos oscuros de otras décadas como Love and RocketsSiouxsie and the Banshees. Destaca “The Eye Fell In Love”, un juego sobre lo limitados que pueden ser nuestros sentidos para aprehender la esencia de otras personas, su alma. A diferencia de lo que acostumbran estos músicos en sus otras facetas, en esta canción parten de lo más complejo hacia ganchos pop fáciles y efectivos. En la fantasmal “Dig Right In Me”, la voz de Teri es utilizada como un instrumento más, mientras ella exhala la letra de la canción, en el fondo se escucha la misma voz fragmentada, inquieta, como una ánima al asecho.

“Torn Maps” es una de las canciones en las que los músicos se escuchan más cercanos a su pasado. Por un lado, Teri se deja ir, sus intervenciones son más abruptas y agresivas, mientras del otro la banda crea atmósferas más profundas y coloridas; casi al final hay un modesto solo de guitarra que resalta la intensidad de toda la canción. El lado punk de Bosnian Rainbows se deja ver en “Always On The Run”, al fondo una versión pacífica de las guitarras que dieron fama a At the Drive-In, redobles firmes y veloces, para que Teri grite sus reclamos al aire. En general todo el disco tiene el espíritu de un himno, la música es poderosa y el mensaje fácil de seguir, no falta mucho para que Bosnian Rainbows consigan su propia legión de seguidores.

Los fanáticos de cualquiera de los integrantes no encontrarán las experimentaciones intensas de sus proyectos anteriores, pero sí lo mejor de la síntesis de todas las mentes detrás del proyecto. El debut de Bosnian Rainbows es una muestra de salud para Omar Rodríguez-López, una señal clara de que aún puede generar música que apele a las masas sin perder el estilo que lo caracteriza y la complejidad de sus creaciones. Cuando se habla de un supergrupo, normalmente se espera escuchar las virtudes de cada uno de sus integrantes llevada al límite y este proyecto es justo lo contrario, ahí radica su valor. Músicos talentosos han encontrado una nueva estructura para llamar la atención del mundo entero una vez más, ahora tienen el camino tendido para crecer desde ahí.