Quiero Club. Foto: Daniel Patlán

Quiero Club. Foto: Daniel Patlán

Texto: @folkmetender

En 2004, una banda de Monterrey sorprendió al DF con una canción divertida y desenfadada que rezaba “No me gusta la coke”. Se trataba de Quiero Club, la banda de un ex-Zurdok, como algunas personas al presentarlos. Casi una década después de esta canción, el hoy cuarteto (a causa de la intempestiva salida de Catsup –Gustavo Mauricio-) vivió un éxodo hacia el DF, se enclaustró en una casa a componer y grabar, y después de casi dos largos años, a principios de 2013 presentan por fin su tercera producción discográfica, El techo es el suelo. Con este ideal pretexto me senté con Fara, Boscop, Marcela y Priscila en el patio de las oficinas de Casete, su nuevo hogar. Era una mañana (muy) soleada, y mientras el perro de Camilo (Lara) coqueteba con la de Priscila, platicamos sobre este álbum, la salida de Catsup, lo complicado que es autoproducirse y la nueva faceta de Quiero Club a casi 1o años de su formación.

Fara: Inocentemente pensamos que nos mudaríamos al DF, compondríamos, produciríamos y en el lapso de un año tendríamos el disco nuevo (risas). Éramos inocentes.

Quiero Club. Foto: Daniel Patlán

Quiero Club. Foto: Daniel Patlán

Quiero Club tuvo un lapso de casi dos años entre el lanzamiento de Nueva América y El techo es el suelo. Sin embargo, el tiempo hizo su trabajo y dotó al álbum de todos los elementos necesarios.

Priscila: Todo empezó porque el equipo que compramos estaba en preventa y no lo tenían en la tienda, eso nos retrasó unos cuatro meses. Además vivíamos juntos y salíamos a tocar y así. 

F: Nos trepamos a la gira del Corona Music Fest. Algo importante fue acoplarnos a la ciudad y al hecho de vivir juntos.

Boscop: Se salieron un poquito de control ciertos aspectos de tiempos. Fue difícil poder programar una gira en medio de una preproducción. Algo que creo que nos mantuvo vivos y nos funcionó mucho fue que entre ‘Nueva América’ y ‘El techo es el suelo’ existe un EP de puros sencillos digitales aislados que surgieron en distintos momentos. Vienen “Las propiedades del cobre”, que se propició por una campaña publicitaria de un coche; la gente la aceptó bastante y es pieza clave en los shows. Gracias a ese EP tuvimos vigencia sobre todo en redes sociales, también nos tocó que en ese momento, nuestro management propuso que existiera físicamente el disco y tuvimos que hacer la promo del EP. Fueron muchos sucesos que frenaron el proceso del disco.

P: Cuando grabas en casa nunca le dejas de mover, algo no te gusta y lo cambias. Te presiona menos el no estar pagando un estudio.

B: También tuvo mucho que ver que el disco está producido por Phil Vinall, bueno, más bien nos estuvo coacheando en el proceso de composición y grabación de las rolas. Se enamoró de “El techo es el suelo” y decidió producirla y mezclarla. Estábamos mucho a la espera de sus tiempos y ya no lo podíamos esperar más. A la hora de concluir la mezcla a finales de 2012, coincidimos y pudimos colaborar a full en el estudio y creo que sí le da un plus. Todos estos sucesos fueron en pro del disco. Entonces, más allá de desesperarnos por sacarlo cuanto antes, estuvimos conscientes que todo retraso iba a ser una mejoría.

Autoproducirse puede ser algo muy complicado cuando la banda no puede separar su papel como músicos y productores, ¿cuándo se dieron cuenta que tenían que parar?

P: Cuando nos dimos cuenta que teníamos dos años trabajando en él.  

B: Sobretodo a la hora de tomar decisiones. Teníamos el tiempo encima y la prioridad más que arreglarlo era resolverlo. Lo último que se resolvió fueron los ajustes de las letras. Cuajaron al final, se plasmaron y se interpretaron las canciones como tal, con base en todo el trabajo previo que ya teníamos. Las letras se fueron ajustando todo el tiempo. Parte de la dificultad de autoproducirse fue deslindar el papel de músico, compositor, productor, roomie, etc. Creo que sí supimos llevarlo a cabo. El resultado es que sí logramos vivir juntos y hacer el disco, más allá de todo lo que haya pasado, la experiencia sobrepasa las expectativas y se vuelve muy grata.

Marcela Viejo. Foto: Daniel Patlán

Marcela Viejo. Foto: Daniel Patlán

Priscila Gonzalez. Foto: Daniel Patlán

Priscila Gonzalez. Foto: Daniel Patlán

¿De qué manera cambiaron las canciones desde la primera sesión de composición del disco hasta el producto final?

B: El tiempo y lo que pasaba por nuestras cabezas. “Cuentos” fue una de las primeras ideas, inclusive surgió en Monterrey. A lo mejor, musicalmente no cambió mucho el track, pero todo el proceso de lo que vivimos, lo que resultó y lo que significa ese track para la banda, es todo lo que está plasmado y lo que se vivió.

Al hablar de “Cuentos”, ¿por qué escogerlo como primera muestra el mundo de El techo es el suelo, qué querían decir con esa canción?

P: Se escogió sólo el sencillo. Estuvo bien chistoso. Sebastián Hoffman quería hacer un video con nosotros y escogió esa canción por el tema y el concepto que tenía. Al mismo tiempo, esa canción es como la despedida de Catsup de la banda, cuando escribió la letra todavía no había decidido irse, pero siempre en los procesos creativos el inconsciente se adelanta a lo que va a pasar. Está bien raro, es algo muy místico. Fue tan natural lo que pasó. El video estaba listo y la canción hablaba de lo que dice el coro; con esa vibra y  sentimiento, no tuvimos que decidir, se escogió sola por el momento en el que estábamos viviendo.

Marcela: El resultado fue increíble, decidimos sacarla. Hoffman quería hacer algo para su portafolio, no pensamos sacarlo como sencillo pero el resultado quedo súper chido, todo se acomodó muy cabrón.

B: La connotación de los vómitos bajo el entorno de esa época electoral y todo lo que vivimos por tener el estrés de que el disco estuviera listo.

F: Fue también para no irnos en blanco. Habíamos sacado en 2011 “Días perfectos” y cómo irnos de 2012 sin sacar nada. Habíamos tenido cierta constancia de que cada año mínimo salían una o dos canciones.

B: Viéndolo desde afuera, la época y lo que representaba el video, sí había un poco de asco en el entorno. Teníamos la presión de que ocupábamos resolverlo ya. Fue un año muy caótico. Finalmente, nos dio la lucidez de respirar y aprovechar que la gente aceptó muy bien el track. Decidimos mejor lanzar el disco a principios de año que a finales, por experiencia propia. ‘Nueva América’ y ‘Wof’ salieron a finales y era poco frustrante que empezabas primavera y la gente lo consideraba del año pasado.

P: El video, más allá de lo electoral que a lo mejor Sebastián sí lo pensó así, refleja el momento que estábamos viviendo como banda, de tener tanto tiempo atorados con el disco. Quedó bastante bien y representa cómo después de 2 años de indigestión sale disparado todo así nada más. Creo que fue lo que pasó con el disco. 

Quiero Club. Foto: Daniel Patlán

Quiero Club. Foto: Daniel Patlán

El cambió más importante sin duda para la banda en este proceso fue la partida de Catsup de Quiero Club, ¿cómo funciona ahora la banda sin Gustavo?

F: Hemos hecho varias presentaciones sin él con bastante éxito. A fin de cuentas, no queremos reemplazaro ni llenar el hueco. La banda así como está, con nosostros cuatro funciona muy bien, fluye. 

P: Tocamos mucho más ahora, yo toco más teclado, Fara también. Está padre por una parte, obviamente se le extraña, no digo que sea mejor ahora pero es divertido. Cambia la dinámica, tocamos muchas más partes ahora.

B: Su salida fue un momento clave para la banda porque nos llevó a cuestionarnos qué sigue, ¿volteamos hacia atrás, seguimos adelante, nos dispersamos? Muchas opciones nos pasaron por la cabeza. Al vernos las caras y saber que estábamos ya sin él, decidimos salir adelante, fue un momento clave como dice Priscila para reinvertarnos y reinterpretar nuestras propias canciones. Es un parteaguas, lo que no te mata te fortalece. Estamos muy motivados por el disco y todo el entorno. No tenemos el estrés de que nos falta alguien, tratamos de divertimos nosotros cuatro.

M: Hemos tocado varias veces y ya lo llevamos bastante bien, entre maquinas y que ahora tocamos más las lineas de Gustavo. Somos más de la mitad los que quedamos. Hay muchas rolas que no tienen que morir sólo porque Catsup ya no puede seguir.

A casi 10 años del lanzamiento de “No Coke”, canción que los catapultó a las estaciones de radio, el Vive Latino y a ganarse el gusto del público mexicano, Quiero Club vive una segunda etapa como banda.

B: Como dice Marcela, son ciclos. Finalmente ese ciclo se cerró y decidimos continuar otro. Todos estos años, lo que más le ha funcionado a la banda es esa filosofía de darle valor a la naturalidad de cómo van pasando las cosas; sí tenemos planes y objetivos pero somos muy libres en ese aspecto. Nunca nos imaginamos que estaríamos así, de esta manera, en esta fecha al momento de trabajar este disco. No tenemos un guión escrito y finalmente tratamos de sacarle provecho a las cosas que van surgiendo.

Boscop Benavente. Foto: Daniel Patlán

Boscop Benavente. Foto: Daniel Patlán

Luis Fara. Foto: Daniel Patlán

Luis Fara. Foto: Daniel Patlán

Después de un proceso de dos años, El techo es el suelo está listo en tiendas a partir de hoy, 19 de febrero (lean nuestra reseña aquí). No fue un proceso fácil, involucró dos ciudades, muchas horas en el estudio, muchas personas que colaboraron y un gran aprendizaje: apreciar la paciencia.

B: “Cuentos” empezó en Monterrey. El disco lo empezamos a hacer desde que salió ‘Nueva América’. Es como ahorita, ya tenemos el chip del que sigue, no hay canción como tal pero finalmente es a donde vamos. El proceso en la Narvarte no completó los dos años pero hubo un trabajo previo, antes de migrar habíamos compuesto “Hablar de más”, “Cuentos” ya era maqueta y “Días perfectos” también, esa empezó en Mitras. Son ideas que con el tiempo se convierten en canciones. Por ahí en el disco hay una colaboración con La Royale, se llama “Ciudades”, es la parte mas dancefloor del disco. Surgió a raíz de una idea olvidada, una guitarra en un jam de ensayo. En el trabajo día a día, todo mundo hace lo posible por tener una idea, y no es hasta que el tiempo y el trabajo lo convierten en una canción.

El aprendizaje más importante para todos los miembros es el punto medio entre sobretrabajar las canciones y darles su timing exacto

B: Cuando buscas algo, tu lado perfeccionista te orilla a trabajar hasta obtener un resultado. Lo que más me dejó fue tenerle esa paciencia a la obra, la prisa puede mermar la calidad, aunque a la vez se vuelve contraproducente.

P: Hay que encontrar un equilibro en ambas, según yo. No te puedes estresar por tener algo en cierto tiempo si no esta terminado pero luego también te pasas tantito y te pierdes, te quedas ahí para siempre.

F: Algo en medio de esas dos cosas, me gusta mas trabajar bajo presión. A la larga, viéndolo en perspectiva, fueron para bien de la obra estos retrasos.

M: Nos solidificó, estamos más seguros de que podemos hacer rolas chidas. Tenemos tres discos, el tercero es el vencido. Estamos súper seguros de que funcionamos juntos, de que sabemos componer y tenemos mucho que aprender para seguir haciendo rolas juntos. Nosotros cuatro sí decidimos, como quien dice, tener otro bebe y no divorciarnos. Después de 10 años decides si sigues haciendo lo mismo o haces algo nuevo, ahora tienes más gastos, presiones, es buen momento para saber si continuas o no. Estamos súper sólidos y sabemos que faltan más años en la música. 

Quiero Club. Foto: Daniel Patlán

Quiero Club. Foto: Daniel Patlán

Abajo pueden escuchar completo el nuevo álbum de Quiero Club, El techo es el suelo, el cual ya está disponible en iTunes.